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ISBN 978-628-7532-52-6

Economía ambiental. Gestión hidrológica aplicada y su relación con la biodiversidad acuífera

Autor:Moreano Huayhua, Carlos
Editorial:Corporación Instituto Latinoamericano de Altos Estudios
Materia:330 - Economía
Clasificación Thema::KCVG - Economía medioambiental
Público objetivo:Profesional / académico
Disponibilidad:Disponible
Estatus en catálogo:Próxima aparición
Publicado:2022-07-21
Número de edición:1
Número de páginas:0
Tamaño:1,62Mb
Soporte:Digital
Formato:Pdf (.pdf)
Idioma:Español

Reseña

Para entender mejor el tema, es menester saber qué es en realidad una cuenca hidrográfica. Esta hace alusión a un sistema natural de drenaje de agua, o bien a una depresión en la superficie, la cual varía según las pendientes que la rodean. En ella se almacena el agua que proviene de las precipitaciones o durante el deshielo. El caudal de dicho recurso termina desembocando en los ríos, lagunas u océanos.

Así mismo, las cuencas hidrográficas se estructuran en cuenca alta, área donde nace la corriente de los ríos que fluyen por un canal o pendiente determinados; cuenca media, se describe como la presencia de valles de los ríos, donde se avistan materiales sólidos desplazados por la corriente; y cuenca baja, o área baja del río, donde dichos materiales se depositan y, luego, tienden a convertirse en llanuras.

Las cuencas hidrográficas son de vital relevancia, porque favorece el flujo de agua, evitando a su vez el riesgo de factores contaminantes que alteren la zona como inundaciones, además de normalizar la calidad y fuentes de agua dulce, lo cual representa la biodiversidad total del globo terráqueo. Así mismo, la velocidad con que fluyen sus aguas repercute en la obtención de energía hidroeléctrica.

Si bien es cierto, las cuencas hidrográficas cumplen un rol importante en el ciclo del agua, es decir, parte de este recurso se evapora, otra inicia un proceso de absorción y otra tiende a diversificarse en los diferente canales y acuíferos ecosistémicos. También es necesario recordar que, para que una cuenca se mantenga estable y rinda buenos frutos a la postre en materia hídrica, se debe proteger a conciencia el estado vegetativo de las diversas zonas de vida, tales como los árboles, las plantas, así como las diversas especies que las rodean.

En la actualidad, el desgaste del suelo es uno de los problemas más recientes en la cuenca del río Mariño, debido al sobrepastoreo y otras actividades que afectan sobremanera las áreas verdes, que poseen gran variedad de especies que favorecen la irrigación e infiltración del agua. Existen tres ecosistemas de fuste que revelan mejor lo que se pretende solucionar y mantener en óptimas condiciones. Así, tenemos los pastizales o pajonales de puna, bofedales y bosques nativos, territorios donde diversas especies abundan a sus anchas: stipa ichu, distichia muscoides y polylepis racemosa, entre otras.

Así mismo, tenemos otras comunidades de organismos como las costras biológicas (biocrusts), que aseguran una regulación acuífera idónea a través del flujo captado de agua, reducción de la escorrentía, así como un proceso de infiltración y percolación hídrica hacia el subsuelo, ofreciendo una oferta sustanciosa de agua en fuentes hídricas, tales como manantiales, venaje, etc. hallados en la cuenca media.

En la provincia de Abancay (Apurímac, Perú) se encuentra la unidad hidrográfica de Mariño Perú, con un área de 244 km2 y una altitud de 2444m, y aproximadamente 72 277 pobladores de los distritos de Abancay y Tamburco hacen uso del agua para diferentes actividades domésticas. En ese contexto se valoraron los flujos hidrológicos y biodiversidad funcional vinculada a los recursos hídricos.

La producción agrícola es una de las principales labores que realizan en dicha cuenca para comercializar o abastecer a la región. Es necesario contar con enormes volúmenes de agua en su fase de producción. Cabe mencionar que la oferta hídrica se constituye a través de la precipitación de la cuenca y el cúmulo de agua que proviene de la laguna Rontoccocha y otras fuentes aledañas.

En época de estiaje dichas fuentes de agua disminuyen de forma significativa, por lo que la demanda se ve perjudicada debido a la escasez generada, lo cual trae consigo numerosos conflictos en la zona. La empresa municipal de servicios de agua potable y alcantarillado de Abancay ‒EMUSAP‒ abastece de este recurso de manera permanente a los usuarios que residen en las zonas urbanizadas, donde pagan una tarifa diferenciada según su consumo. Por otro lado, las Juntas Administradoras de Servicio de Saneamiento ‒JASS‒ abastecen a los pobladores de la zona rural, donde realizan un consumo muchas veces desmedido, pese al pago módico de una sola tarifa mensual.

Si bien es cierto existen problemas en el servicio de abastecimiento hídrico en periodos de sequía, en la cuenca del río Mariño se halla seis fuentes de agua que aseguran el consumo habitual de los lugareños. Tales fuentes son el manantial Marca con un caudal de 75 l/s y la laguna de Rontoccocha con un caudal de 80 l/s, siendo la oferta total de agua para consumo humano de 150 l/s.

Los pobladores de la cuenca del río Mariño consumen un caudal alrededor de 148,50 l/s, el cual sobrepasa los volúmenes que ofrece la oferta hídrica, es decir, existe un valor deficitario de agua de 45 l/s como consecuencia del estiaje en los meses de julio a noviembre, por lo que se procede a racionalizar el agua a determinados sectores demográficos (ciudad de Abancay).

Existe una comisión de usuarios del canal Mariño (capacidad de conducción de 1000 l/s, resultado del incremento demográfico) y Pachachaca en dicha cuenca. Son 1600 pobladores del sector agrario y un área bajo riego de 2200 ha.

Es menester indicar que existe un serio problema en detrimento de la cobertura vegetal, así como la producción de un sinnúmero de actividades exógenas que afectan de forma negativa el normal funcionamiento de los ecosistemas de agua en las cabeceras de la cuenca del río Mariño: tala de árboles, deforestación, calcinación de pajonales, etc. que perjudican seriamente la superficie terrestre, producen escorrentía en épocas de precipitación y una infiltración cada vez más reducida, una recarga pobre de acuíferos, etc. lo que repercute en una escasez de agua suministrada por los lugareños de la cuenca media y baja.

Hay una variación manipulada de la superficie y uso de tierra en los andes con fines de aperturas ambientales, lo cual genera por ende una conversión y degradación paulatina de la misma, ello causa una inestabilidad funcional a largo plazo.

Por otro lado, existen parcelas instaladas que varían de tamaño (1 m2 a 1 ha) para el seguimiento respectivo de la diversidad filogenética en el nevado de Santa Isabel y en las cumbres del páramo (parque nacional Cucuy), o las parcelas en bosques andinos que se hallan en Colombia, que tienen por finalidad regular los procesos acuíferos y conservar la cobertura vegetal. Existen también programas como el Santuario Iguaque en Colombia, en ese lugar se realiza un seguimiento a los componentes críticos de la biodiversidad, como la diversidad microbiana del suelo.

Hay diversidad de ecosistemas altoandinos donde tienen un papel importante el clima y el uso variado de la tierra, recursos renovables con los que se benefician algunas empresas con fines particulares. Estos ecosistemas producen gran cantidad de carbono, agua destinada para las áreas rurales y urbanas.

Hay labores comunales que favorecen el mantenimiento de las cabeceras de la cuenca, como la clausura de praderas altoandinas, que tiene la función capital de recuperar la superficie vegetal, la rotación de potreros que supervisan el pastoreo, la conservación de lagunas y bofedales donde se infiltra agua y se produce una buena recarga acuífera.

En el Perú no se cuenta con información acerca de la relación existente entre la cobertura vegetal, la infiltración de agua y la acumulación de esta, tampoco se sabe nada con respecto a la biodiversidad funcional (donde abundan diversas especies vegetales y cianobacterias como los biocrusts) y su relación con los procesos de infiltración acuífera.

Los flujos hidrológicos y los recursos hídricos de la cuenca del río Mariño tienen un valor económico, ya que generan caudales en tres ecosistemas: pastizal, bofedal y forestación nativa. Es importante saber cuán significativo es el vínculo de entre la cobertura vegetal, llamada también diversidad funcional y los procesos de infiltración de agua, lo que genera a su vez una recarga del acuífero para, posteriormente, obtener este elemental recurso en fuentes hídricas (lagunas, manantiales, ríos y quebradas). De igual modo, se valora sobremanera el agua porque el objetivo es conocer qué ecosistema es más productivo en razón del almacenamiento de este recurso, así como evaluar si las actividades de conservación-recuperación vegetativa y obtención de caudales son redituables en términos pecuniarios.

Por otro lado, la cuenca Mariño se caracteriza por poseer bosques nativos, los cuales son puntos vulnerables ante la intervención del hombre y sus actividades en las áreas de agricultura, ganadería, pecuaria o urbanas. Igualmente, las aguas residuales de los distritos de Abancay y Tamburco propician la degradación del río, lo cual es otro factor adverso para los ecosistemas, en cuyas zonas habría que evaluar. El agua tiene múltiples usos, máxime, en los sembríos y cultivos anuales en el valle Pachachaca (parte baja de la cuenca), razón por la cual el agua tiende a desviarse mediante canales de riego. Recordemos que dicha actividad requiere enormes cantidades de agua, ante lo cual se hace necesario ladear el cauce de los ríos, pero también provoca su sequedad, afectando a dicho valle, lo cual en época de estiaje es contraproducente aún más, reduciendo el caudal y propiciando serios cambios biológicos y físicos, por ejemplo, en los bosques de ribera y las áreas acuáticas.

En la actualidad, la ciudad de Abancay, donde se ubica la cuenca Mariño, presenta un aumento demográfico afectado por las constantes lluvias, al punto de causar distintos fenómenos geohidrológicos. Numerosos estudios han demostrado que casi la totalidad de la cuenca es vulnerable por su accidentada topografía, movimientos en masa reactivados por la infiltración hídrica y flujos subsuperficiales en periodos pluviales, así mismo, por la elevada meteorización del terreno donde se forman cavidades. Pese a ello, las aguas subterráneas cumplen un rol clave en la reestructuración de los procesos hídricos, esto sucede mayormente en las calizas de la cuenca, que se caracterizan por presentar capas fracturadas y permeables que sirven como acuíferos potenciales.

En efecto, la lluvia es determinante para generar mayor disponibilidad de agua en los reservorios, por lo que es muy importante tener un conocimiento previo del clima en esa región para entender la frecuencia y magnitud de los procesos, no obstante, los registros en dicha zona no son suficientes para predecir la relación de precipitaciones y eventos que como fuente primaria del agua. Resulta muy complicado.

La cuenca del río Mariño es una zona de vida que tiende al incremento demográfico, donde ciertamente hay mayor flujo y reflujo acuífero para fines agrícolas y consumo humano. En la parte alta se realizan actividades antrópicas que contravienen en funcionamiento natural de los ecosistemas, muchas veces a favor de las grandes industrias para sus intereses particulares. Por ello, es menester conservar las zonas de recarga hídrica, a través de un proceso de valoración de los fluidos hídricos y, claro está, proteger su biodiversidad.

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