Resistencia civil-termodinámica y violencia lineal
Una interpretación desde la complejidad
Autor: | Andrade Salazar, José Alonso |
Existe una relación compleja, entre violencia y resistencia, que
puede ser comprendida a la luz de las diversas pasarelas entre los
aportes de las teorías de la complejidad, y la teoría de las estructuras
disipativas. Se encontró que a cada manifestación de violencia
corresponden múltiples emergencias en tanto resistencia, siendo el
antagonismo-complementario entre violencia-resistencia aquello que
da pie a sus diversas formas de manifestación. La resistencia suele ser
implementada a modo de herramienta de subversión política, y en
muchos casos su manipulación, puede favorecer la lógica lineal del
opresor, generando la ilusión de resistir libremente, cuando en realidad se
opera a favor del régimen totalitario. Esta resistencia esta linealizada, y
responde a la praxis de la violencia-lineal, es decir, a todos aquellos actos
anulativos que buscan la permanencia de las consecuencias destructivas
de la violencia, al degenerar el conflicto, aumentar la represión y
legitimar los actos de barbarie. En contraste, la violencia-resistencialineal
incuba la violencia-resistencia no-lineal, es decir, las acciones que
integran la violencia destructiva para volverla aprendizaje, memoria
y resistencia creativa y transformadora. Así, mientras las nociones
habituales de resistencia la identifican como un artefacto de rebeldía,
insurrección, subversión, del mismo modo la violencia desde una mirada
reduccionista se equipara a un aparato de destrucción. En este sentido
resistencia y violencia pueden ser devastadoras, aunque en realidad
también sean constructivas-reconstructivas, ya que barbarie y avance
social han caminado de la mano a través de la historia, pero es claro que
la humanidad no requiere de la violencia para avanzar a través de esta.
Cuando el acto de resistir se comprende a la luz de la termodinámica
a través de las estructuras disipativas, las dinámicas sociales integran
la incertidumbre, pero también, las múltiples posibilidades creadoras
y reorganizacionales de los sistemas sociales, razón por la cual energía
y trabajo se encuentran en la base reticular de estos planteamientos,
de modo que la sociedad puede ser comprendida como una forma
energética de organización compleja.