Reseña

En este libro se aborda la figura del docente investigador y cómo trasciende el cumplimiento de funciones académicas para convertirse en un agente transformador del entorno educativo. Su perfil, caracterizado por una actitud reflexiva, apertura al cambio y dominio de competencias pedagógicas e investigativas, lo posiciona como un eje fundamental en la construcción de una cultura investigativa sólida dentro de las instituciones de educación superior.

Este camino de formación no es individual, sino colectivo y sistémico. Requiere el compromiso de las universidades para ofrecer un respaldo institucional efectivo, centrado en el fortalecimiento de líneas de investigación, la generación de espacios de formación continua y el reconocimiento del valor de la investigación como pilar del quehacer docente. Solo a través de esta convergencia entre apoyo institucional y desarrollo profesional podrá instaurarse un entorno académico verdaderamente propicio para el crecimiento, la innovación y la transformación pedagógica desde la investigación.