Reseña

Con este texto, Cartas de hueco, mamá y Ceniza, de la autora Mar
González Jiménez, la o el lector tiene la puerta para entrar y salir de
una narrativa íntima, de un viaje de una mujer/madre/mujer quien,
además, también se deja entrever como tía, hermana, hija, amiga y no me cuesta trabajo pensar en, comadre, concuña, cuñada y demás. En esta singular manera de maternar a través de un texto único e
inclasificable, la autora pone voz ahora en forma de carta, en forma de
confesión, ahora en forma de mapa de navegación, en forma de ensayo; en forma de diatriba o poema. Necesitó catorce espacios diferenciados para abordar los temas que le conciernen. Al momento de escribir esta
presentación a sus letras, dudo y mejor busco los sinónimos de la palabra atañer, porque, aunque los temas de los que habla le conciernen,
también le atañen, la cruzan, la hilvanan, la deshacen. Le pertenecen
porque son sus modos de abordar ese singular mundo de las madres y nunca mejor mencionada la cuestión del bordado, tan nuestro. Las mujeres al maternar, hilvanamos, urdimos, bordamos, deshilamos el pensamiento y la vida.