Educación Física, Recreación y Deporte (CLEI III - IV)
Cultura Física y Salud
Autores: | Montoya Gutiérrez, Juan Álvaro Hoyos Zea, Norberto Aníbal Sáenz Betancur, Mónica Salazar Rendón, Giovani |
El mediador pedagógico que aquí se presenta se orienta hacia el núcleo
temático titulado: Cultura física y salud, constructo reivindicado con
insistencia por el profesor Juan XXIII Ezquibel Prado y desarrollado desde
el colectivo docente de Educación Física, Recreación y Deportes de la
Universidad Católica de Oriente. Su sentido y significado, se orienta hacia
el agenciamiento de procesos educativos intencionados a la conciencia y
el cuidado del propio cuerpo, de su relación con los otros y con el planeta tierra, todo mediante procesos didácticos contextualizados a la población joven y adulta, específicamente atendida desde el programa SER.
En la construcción de este mediador, se asume el principio de
intertextualidad, el cual permite vincular alternativamente documentos
y prácticas del área de la educación física, la actividad física, el deporte,
el ocio y la recreación, congregando lineamientos curriculares del área y
sus orientaciones pedagógicas, referentes teórico conceptuales clásicos
y contemporáneos, que otorgan posibles horizontes de sentido al cuerpo
y a la motricidad, permitiendo aportar desde múltiples contenidos a la
apropiación de competencias pensadas en función de la construcción de
un ser humano integral.
La perspectiva de Cultura Física y Salud plantea varios retos al tutor o
tutora: El primero de ellos es comprender que la physis, de donde se
desprende el concepto de física, vincula una dimensión natural (Fullat,
1997) que se debe atender en todo proceso educativo, desde el momento
que nacemos hasta que morimos. De ahí, la importancia del cuidado
propuesto por Kant en su pedagogía “el hombre es la única criatura que
ha de ser educada. Entendiendo por educación los cuidados (sustento,
manutención), la disciplina y la instrucción, juntamente con la educación”
(Kant, s. f. p. 1). El segundo reto tiene que ver con la necesidad de atender una idea de cultura en tanto cultivo, cuya base es el cuidado. Esto quiere decir que se reconocen y recuperan las prácticas que las personas han construido en su recorrido vital, reconociendo identidades culturales de base para proyectarlas hacia escenarios de autonomía personal y social.