Incidencia de la investigación-acción en la mejora de la práctica pedagógica de docentes formadores y acompañantes pedagógicos
Autores: | Guevara Duarez, Manuel Felipe Carrión Zúñiga, Isabel Puma Camargo, María Isabel |
De forma tradicional, se ha establecido un parámetro en que el estudiante asume un papel pasivo dentro del ámbito educativo; sin embargo, esta situación debe ser superada, puesto que los docentes deben encontrarse en la capacidad de formar individuos capaces de afrontar las diversas situaciones que acontecen en cada uno de los contextos que el ser humano atraviesa, puesto que la sociedad requiere “a un docente que aprenda a lo largo de la vida, se prepare continuamente, se forme, que genere nuevas preguntas, innove y aplique estrategias, a un profesional que investiga e integre procesos eficaces para su propia práctica” (López, Carmona y Verchier, 2020, p. 39). Por tanto, el docente asume el papel de transformador, que es capaz de superar las limitaciones y, cuyo desempeño adecuado puede generar instrumentos, a fin de que cada uno de los estudiantes pueda desenvolverse a partir de una educación de calidad.
Es fundamental que los docentes logren comprometerse a partir de la reflexión de sus prácticas pedagógicas, las mismas que deben favorecer “la integralidad y la complejidad de sus estudiantes. Es decir, vincular su práctica pedagógica a procesos que se acerquen a lo cotidiano para lograr una interrelación con los otros, con sus condiciones y contextos particulares” (Palechor, Mera y Zúñiga, 2016, p. 54). Entonces, reflexionar acerca de las actividades realizadas durante las prácticas pedagógicas permite que los docentes asuman un nuevo planteamiento de las sesiones planificadas, a fin de conseguir que estas sean productivas y que, de este modo, puedan llegar a mayor cantidad de estudiantes al tomar en cuenta también sus actitudes y, así, se pueda lograr el crecimiento de los estudiantes y de los propios docentes.