Reseña

Las competencias profesionales que deben adquirir los contadores públicos y en general las disciplinas que hacen parte de las ciencias económicas, deben estar fundamentadas en conocimientos derivados de la teoría como preparación a la praxis en el ejercicio de la profesión. Evocando las palabras expresadas por Leonardo da Vinci (1452-1519), “Los que se enamoran de la práctica sin la ciencia, son como el navegante que entra en el navío sin timón ni brújula y que nunca sabe con seguridad a dónde va. La práctica debe ser edificada sobre la buena teoría”, resulta fácil entender porque los fundamentos de la ciencia contable requieren de la construcción teórica, producto de la evolución de la Contabilidad, desde su época primigenia, (hace más de diez mil años), hasta su maduración que surgió con las escuelas económicas, que consideraron el “valor” como la piedra angular de la contabilidad. Derivado de esas premisas nuestra disciplina al ser de una esencia eminentemente social y al resolver problemas del contexto, se ha ido abriendo paso a un enfoque derivado de la corriente neoclásica de valor, que a su vez apertura el paradigma de la utilidad de la información, de donde se desasió la contabilidad financiera como subsistema de un agregado de orden superior denominado contabilidad