Reseña

La leche es un alimento rico en nutrientes, susceptible al deterioro por microorganismos. Esta característica demanda el uso de métodos de conservación que permitan prolongar su vida útil, dando como resultado productos de mayor valor agregado, como las leches ácidas, quesos, leches saborizadas, mantequillas, productos concentrados y otros productos en general. Por su parte, la inocuidad y calidad de la leche, depende de la zona de producción primaria como pasturas de alimentación del ganado, agua de consumo, buenas prácticas de ordeño, la conservación y refrigeración de la misma en el transporte y distribución.
Para asegurar que la leche sea apta para el consumo humano, es obligatorio que cumpla con las características fisicoquímicas, microbiológicas y organolépticas propuestas en la normatividad vigente. Esto permite garantizar al consumidor final, que la materia prima y/o alimento, no causara ningún daño a su salud. Asimismo
se debe asegurar que el valor nutricional de la leche no se vea afectado por la adición de algunos componentes que puedan diluir sus solutos o alterar su composición inicial.
Por esto, es necesario realizar pruebas de calidad a la leche como la densidad, grasa, proteína, solidos, acidez, punto crioscópico, detección de adulterantes, neutralizantes y conservantes no permitidos y análisis de microorganismos indicadores del estado higiénico en general así como los indicadores de contaminación
fecal que permitan al productor verificar que su materia prima la leche cumpla con los requisitos legales para su transformación.