Alimento, Medicina y Vida
Eucaristía
Autor: | Cárdenas, Lisandro Andrés |
No hay mejor oración de sanidad que las ganas de vivir, y no hay mejor exorcismo que la santidad de vida. Todo se resume en que Cristo es el Señor de mi vida no soy yo sino El.
Es como si con la lectura anticipada de nuestros errores mundanos, aflicciones o ansiedades de cambio y transformación ante el padecimiento, nos tuviera como regalo el consuelo divino. Por ello la frase “ora por el día de tu muerte” se convierte en un mensaje contrastante de predicción y aliento. De predicción porque ella refuerza con gran sutileza espiritual, la anticipación de los efectos perversos que puede tener una vida alejada de Dios. Y de aliento, porque salimos de la celebración eucarística o de la lectura de su mensaje, confiados en que un Dios cercano y amoroso se ocupa de nuestros dolores y enfermedades.