Amor sin limites
Autor: | Gomez Botero, Sandra |
Para una madre que pierde un hijo, cuando todavía lo lleva en sus entrañas, siempre ha sido motivo de dolor, de sufrimiento y de incertidumbre. Queda en su alma
. una
sensación de fracaso, incitación a la rebeldía. Un ¿por qué?, lleno de angustia, máxime cuando el hijo se esperaba con ilusión, con amor a la vida, con agradecimiento.
En este libro que tienes en tus manos, querido lector(a) nos encontramos con el desgarrador testimonio de una mujer que ha tenido que enfrentar el sufrimiento de la pérdida de siete de sus hijos, la última de los cuales, un día antes de darlo a luz.
Con sencillez admirable nos va contando inolvidables momentos y circunstancias de su hogar, a lo largo de 29 años de vida matrimonial, en los que desfilan sus 12 vástagos: los cinco que continúan vivos y los siete que según ella tienen todavía más vida, porque han entrado ya en la existencia eterna.
Ese es el misterioso descubrimiento de estas páginas: si el papel de una madre es formar a sus hijos para que lleguen al cielo, quienes están más seguras de haber cumplido su misión son aquellas cuyos descendientes alcanzaron de manera inmediata ese propósito. Para la autora de este libro, no se trata entonces de una pérdida o mucho menos de un fracaso, sino de un tesoro precioso que colma a la maternidad de todo su sentido.
Pero no se llega fácil a esa conclusión. El sendero que nos conduce a esta certeza está lleno de incertidumbres, de amarguras, de rabia y rebeldía, de tristeza y desolación.
Aparecen también las dudas de fe, la tentación de
desconfianza en Dios, así como el desencuentro de la
voluntad humana con la voluntad divina.
Pero al final, vence el amor y surge esplendorosa la convicción de que Dios nos ama, mucho más de lo que podemos imaginar y que la alegría y la paz son el premio al abandono en las manos del Señor.
El enigma se resuelve cuando la existencia se concibe como un sendero que desde el inicio conduce la existencia hacia el encuentro personal y directo con Aquel que nos ha llamado por amor a compartir su gloria toda una eternidad. La muerte no es al fracaso de la existencia sino la meta, el fin de un camino que se inicia con la concepción