Reseña

Es pues esta obra una oda al suspiro y todo lo que lo ocasiona, es el viaje por las emociones que erosionan y forman los paisajes interiores de nuestra alma. Las palabras como símbolos que configuran las metáforas que expresan los sentidos más reales e íntimos, la poesía como medio para que estos se pierdan en el horizonte multiforme de quien decida interpretarlos.
Cada verso cuenta una microhistoria que se creó en la circunstancia, y mi pueblo Caracolí el escenario donde se aflojó el lápiz para hablar sobre la intensidad que me hacía suspirar, la luna, lo natural, lo instantáneo, lo etéreo, el panorama que inventamos con sosiego y también la furia con que lo dibujamos, todas estas imágenes ofrecidas en versos libres y escritos con el furor momentáneo de una noche bajo una lámpara de un parque, al borde de un charco cristalino o en presencia de una tarde de rojizos y morados, allí viven los amores, los desamores que sin falta hacen suspirar, también vive el sentimiento de lo sublime por la lluvia, el sol, la hormiga, el gusano, la mota de polvo, el deseo por el universo, su sereno, sus estrellas pasadas, las vidas que imagino, los sueños que vislumbro.