Reseña

La barranquillera y odontóloga Silvia Rosa Riqueth Palacio desde su más tierna infancia empezó a mirar por la ventana familiar aquellas sonrisas que la proyectaban a visualizar para adentro y no para afuera teniendo presente las oportunidades que ayudaran avanzar hacia la cima de literatura atreves de la poesía y el amor expresado en los sentimientos del devenir cotidiano acompañado de la pluma académica de la odontóloga que se levantó bajo la humildad de la hoguera bendecida con el don de mirar más allá de las piezas o las cajas dentales para hundir las raíces en el amor por la poesía en la Barraquilla que la vio nacer.

El poemario titulado EL ALBEDRIO DE MIS EMOCIONES, sigo poesía, sigo letras que me transportarán a … visualizar una poesía con sentimiento que le hacían eco en el cerebro desde su más tierna infancia brotando versos que soslayaban de la cotidianidad, en la intersubjetividad familiar y comunal donde se paseaban la niña que cavilaba y la mujer que reflexionaba en las noches oscura del silencio profundo, ahí estaba el sentir: “ Los instantes de la vida son para compartir, una dulce voz que emociona, es sentir una profunda felicidad y al mismo tiempo un poco de tristeza, es trasmitir toda la fuerza del espíritu , es entrar en un sueño de la mano de la sirena y con su melodía logran hacernos sentir eternos.” Con el título del poema MI SENTIR, pareciera que el poemario invitaría a hojear y ojear cada una de las inspiraciones de la poetisa para llenar los corazones de idilio en las noches silenciosas con luna llena y las opacas estrellas que la iluminada calle no deja ver.