Rosalinda de Rattenberg
Autor: | Cortés Garzón, Fernando Octavio |
Colaborador: | Zea Cardona, Diana Amparo (Adaptador) |
Había una vez un anciano apostado en la ladera de un camino, que conducía al territorio del rey Waldheim. Tenía un aspecto andrajoso y se veía muy impaciente como si llevara largo tiempo esperando a alguien. Vestía una larga capa desgastada y con su caperuza cubría su cabeza. Sus manos estaban ocultas y parecían sostener algo entre ellas.
Aquel lugar era boscoso y sombrío con una niebla espesa que no permitía
divisar algo más allá de siete metros. A pesar de ello, el anciano escuchó atentamente el paso de caballos, que lentamente se acercaban cada vez más hasta donde él se hallaba. Así, cuando los sintió muy cerca, les salió al paso interponiéndose en el camino de los cabalgantes. Estos al verlo de sorpresa detuvieron los caballos y colocándose en guardia quisieron atacarlo. Pero el anciano rápidamente retiro la caperuza de su cabeza e hizo una reverencia ante ellos.