Reseña

Este libro desafía las concepciones convencionales sobre la muerte, al plantear que contrario a la creencia común, la muerte no marca un final definitivo, sino más bien una transición hacia un nivel evolutivo superior, donde el proceso de aprendizaje continúa. Esta perspectiva se apoya en dos pilares fundamentales: el amor infinito de Dios y la comprensión del universo como un vasto campo cuántico.

Alejándose de dogmas religiosos, este enfoque se fundamenta en los avances de la ciencia. Destaca que la materia existe en múltiples estados, y el cuerpo físico es solo uno de ellos, y argumenta que el ser humano es un ente multidimensional sujeto a las leyes de la mecánica cuántica, un ámbito en el que apenas estamos comenzando a adentrarnos.

Fenómenos cuánticos como la vinculación, la no localidad cuántica y la dualidad onda-partícula encuentran respaldo en una amplia gama de experimentos científicos. Se sostiene que la energía es inagotable y eterna, transformándose continuamente hacia niveles dimensionales diferentes. En los seres vivos, este proceso se percibe como una evolución hacia la perfección, considerado un regalo divino y la manifestación más elevada de la existencia.