Integración de América Latina y el Caribe: 200 años, economía, geopolítica y militarización
Autor: | Martínez Becerra, Carlos Julio |
A 200 años la integración latinoamericana y del Caribe ha
avanzado, a pesar del desarrollo de economías de guerra como
método para la estructuración de la geopolítica regional, pues ha
frustrado muchos intentos, desde la idea originaria de la gran
nación bolivariana y de los libertadores de América base
fundacional de las fuerzas militares y de policía, paradójicamente
también inspiración de los grupos insurgentes.
Este ideario de la gran nación estuvo precedido de prolongadas
luchas de resistencia indígena primero y de las negritudes después,
fortalecidas por los pardos que contribuyeron con la consolidación
de los procesos independentistas de Hispanoamérica. Las
experiencias de integración han tenido al menos tres vertientes. La
primera implementadas en el siglo XX a propuesta de Estados
Unidos (Carta de Chapultepec), la segunda inspirada en la Unión
Europea (Convención de Lomé) que perfiló la articulación de la
región mediante planes de inversión ceñidos a sus intereses y con
limitaciones en la transferencia de tecnología, se transformaron en
experiencias regionales, soportadas en la renta de adhesión de
buena parte de los gobiernos regionales, haciendo énfasis en la
liberalización comercial. La tercera opción en el siglo XXI se ha
construido a partir de la modificación del mapa del poder político
de América latina y el Caribe y del advenimiento de nuevos
interlocutores a nivel mundial como los países integrantes de los
BRICS plus (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Para
consolidar la utopía de la integración hay cuatro componentes
básicos. De una parte, mayor apropiación de los movimientos
sociales en las negociaciones de la integración, autonomía en
seguridad y defensa, regulación del capital financiero y utilización
de monedas nacionales y moneda común para dinamizar el
comercio intrarregional con el fortalecimiento de la actividad
productiva, como contribución al buen vivir de la población.