Reseña

Voces místicas de la naturaleza fue un escrito muy querido para santa Laura. Esto se constató al investigar el largo y delicado proceso de elaboración de la obra iniciado entre los años 1915 y 1916 en la ambulancia de San Miguel, Antadó (Dabeiba, Antioquia), hasta llegar a su edición definitiva en 1944.

En Historia de las misericordias de Dios en un alma (2017), el yo autobiográfico destaca que desde pequeña consideró a la naturaleza como su amiga y aún en su adolescencia y adultez estuvo orientada a la contemplación de esta.

Ya desde esta edad, es decir, desde los seis años, era observadora de la naturaleza y lo he sido tanto que, cuando más tarde estudié Historia Natural, casi no tuve que aprender sino clasificaciones y nombres, lo cual hacía creer al profesor y a las condiscípulas que ya había hecho este estudio y miraban mal que lo negara, según creían. Ahora me parece rara esta tendencia a observar en tan temprana edad, pero, padre mío, menos extraño debe verse si se considera que la naturaleza fue mi única amiga: me rodeaba por donde quiera y nada contribuía a distraerme de ella.