Derecho Penal Moderno y la Justicia Restaurativa. Una reflexión sobre su Complementariedad
Autor: | Botache Díaz, Napoleon |
En su esencia, la justicia penal, desde sus orígenes hasta
nuestros días, ha estado impregnada por una concepción que
gravita cercana a la ley del talión. Aunque la respuesta institucional
frente a la especie de conductas desviadas que genéricamente son
designadas como infracciones, delitos o conductas punibles ha
sido progresivamente morigerada en la mayoría de los códigos
penales contemporáneos, es evidente que la idea retribucionista
permanece, de modo implícito o explícito, como el argumento
más frecuentemente recurrido para legitimar la dura intervención
del Estado al ejercer su potestad punitiva, que suele concretarse en
causar al victimario un sufrimiento, de diversa naturaleza y entidad.
La realidad, implacable juez de los mitos creados por
elaboraciones teóricas que, con gran frecuencia, no trascienden
el plano de la especulación, ha puesto en evidencia el hecho de
que la propuesta retributiva no solo no ha servido para cumplir
su declarado objetivo de reducir sustancialmente la criminalidad,
sino que, adicionalmente, ha implicado un alto costo humano, al
permitir el desbordamiento de la violencia institucionalizada en
los sistemas jurídico-penales.
El trabajo ahora entregado a la publicidad por Napoleón
Botache Díaz, producto tanto de su ya larga experiencia en la
rama judicial como de su vinculación académica (especialmente
en la cabeza de playa sentada por la Universidad del Sinú en
nuestra capital), el tema de la crisis de la opción retributiva es
abordado de una manera singularmente seria, que logra un balance
de los extremos del dilema rigor-vigor, que suele enfrentar a los
trabajadores académicos con los diseñadores y operadores de la
política criminológica.
No ofrece el autor respuestas fáciles, producto del vigor poco
reflexivo, pero tampoco se entretiene en nebulosas construcciones
retóricas, propias de un rigor lógico formal extremo que, sin consultar
el aquí y ahora, se desentienden de la necesidad de hacer
propuestas viables ante un problema tan acucioso, en especial en
la gran patria latinoamericana, asechada por el insoluto acoso de
la criminalidad, tanto la común como la, inveteradamente invisibilizada,
de los poderosos.
Podría pensarse que la lectura del texto deja más interrogantes
que respuestas, y tal vez sea ese su mayor mérito: realizar un análisis
académicamente profundo y riguroso de una problemática
que demanda acciones vigorosas que no pueden ser objeto de
permanentes aplazamientos.
No obstante, el autor no nos conduce, con su obra, a una
mera situación de perplejidad, sino que avanza una propuesta,
inusualmente seria y elaborada, orientada a transformar puntos
axiales del sistema penal, con una cosmovisión humanística, que
incorpora avances recientes tanto en el campo de la criminología
como de la victimología. Siembra así la semilla de una política
criminológica que incorpore al sistema penal acciones orientadas
a trascender la patología crónica (equívocamente diagnosticada
como crisis) del sistema penal, mediante instituciones nacidas en
el campo de una auténtica justicia restaurativa.
Sin hipérboles, emergentes del honoroso encargo que me ha
hecho el autor, considero que esta obra es una de las más serias
contribuciones adelantadas en nuestro país en procura de construir
políticas criminológicas realistas, centradas en la consideración de
la dignidad humana, que también debe ser reconocida en todos los
implicados en la acción “penal” del Estado, especialmente frente
a sus dos protagonistas: víctima y victimario.