La mujer colombiana y sus derechos más de ciento sesenta leyes y normas en la política pública de género en dos siglos (1821-2022)
Autor: | Gómez de Ocampo, Nelly Sol |
El estado y la sociedad garantizan la protección de la mujer con la Constitución y las Leyes, ya en todos sus preámbulos se invoca al pueblo como fuente de autoridad y soberanía. Por ello, en el marco de la Política Pública de la Mujer en Colombia, es oportuno conocer el acervo jurídico que rige al país frente a los derechos y deberes de la Mujer, viendo la necesidad de valorar las 163 Leyes y Normas que aproximadamente se han aprobado durante dos Siglos (1821 – 2022) y para ponerlas en práctica, ojalá en todos los rincones de la nación.
La lucha de las Mujeres a favor de sus derechos, es la esencia misma del devenir nacional en los distintos contextos y momentos de la vida del país y es por ello que se aprecia la sensibilidad y receptibilidad para la defensa de ellas, que es múltiple y que brota a flor de piel, todos los días.
Es importante y necesario trabajar diariamente la construcción de una sociedad más justa, igualitaria y equitativa para la consecución de los derechos civiles, políticos, económicos sociales y culturales de las mujeres. Hoy las leyes colombianas, reconocen la titularidad de esos derechos, los cuales en su ejercicio real no se cumplen a cabalidad; por ello, la urgencia de utilizar nuestras potencialidades para abrir mayores espacios y acabar con conceptos absurdos que aún existen.
La mujer revalida su identidad femenina para determinar y ampliar sus valores de lideresa y trabajadora, con el fin de avanzar y reformular los desafíos y retos que la vida misma le va exigiendo.
En todos los ciclos históricos de cualquier sitio del mundo, la mujer es madre, esposa, hija, hermana, abuela, tía y familiar, siendo generadora de vida y formadora de hogar, administradora de los recursos humanos, culturales políticos y económicos de la “familia y la sociedad”. Ella es consciente que la familia es el centro y núcleo de los pueblos y que la sociedad mejora con una perspectiva de equidad de género y de diversidad, en lo local, regional y nacional. Se deben propiciar y acompañar los procesos de “educación dirigidos a la Mujer”, porque es el único medio de trasformación y construcción de las comunidades.