Reseña

El autor hace uso de la palabra momento, que significa espacio de tiempo muy breve o tiempo puntual en que se sucede o realiza una cosa, atinente a un momento imprevisto en que cambian las situaciones de la vida de las personas, incluyendo la excepción de acontecimientos paradójicos, que en ningún momento significa negar la existencia de Dios, al contrario con-templa pasajes de las sagradas escrituras afincados en que los momentos de Dios son perfectos, que la fe mueve montañas, que los milagros existen, que suceden sin ninguna explicación científica; y que en nuestro mundo no se mueve la hoja de un árbol sin la voluntad de Dios, en el entendido, que las cosas que suceden desde que nacemos hasta que morimos están marcadas por esos momentos o espacios de tiempos, en que todo obedece a un proceso intrínseco a todo ser humano, acaecimientos cambiantes muchas veces inexplicables al desarrollo físico, síquico, educativo y cultural de toda persona, que demuestran que la creación y los tiempos de Dios son perfectos, que todo momento cronológico de la edad de toda persona tiene su encanto.

Dentro del meollo del contenido de este libro, el autor trata de algunas anécdotas populares, de situaciones personales y experiencias o episodios vividos a lo largo de su vida existencial, como en el ejercicio de su profesión de abogado y el extenso período que vivió como Juez de la República de Colombia, que terminó con una injusta condena y secuelas de quebrantos de su salud y situaciones familiares relevantes con el título de esta obra.

El hombre ante la adversidad e injusticia tiene que ser paciente, humilde con Dios, fuerte de espíritu con el mundo pragmático. Ejemplo de ello, fue Nelson Mandela, preso por varias décadas por pensar distinto.

Antes y después de Cristo, en todos los regímenes de la historia de la humanidad hubo injusticias que quedaron en la impunidad, hasta Cristo fue crucificado sin pruebas que lo justificaran. Mi hermano menor Doctor Amando Parodi Medina, no fue la excepción, ya que a pesar de tener una hoja de vida intachable como juez de la república y en su vida privada, lo condenaron por un delito que no cometió. Es tan injusto este mundo que Cristo tiene aplazado su regreso.

Jesús nuestro Señor dice: Dios siempre está mirando a los hombres justos y tiene atento sus oídos para escuchar sus oraciones. Cuéntame tus problemas y no temáis.

Rogelio Parodi Medina