Reseña

La historia de dos personas que se enamoran sin conocer sus nombres ni cruzar palabras, es la realidad que encontré en Catinga. Comencé a escribirla por casualidad, pero seguí indagando y me metí tanto en ella, que llegué a sentir los sentimientos que conmovieron a los protagonistas. Mi espíritu observador fue escudriñando el ambiente revoltoso que se vivía en esa ciudad de colonos, donde todo se movía con las contradicciones de los nativos y las circunstancias y costumbres de los llegados de distintas regiones, y buscaba historias para mis ocasionales colaboraciones del periódico Consenso, dirigido por Margarita Suárez. Pero luego fue creciendo hasta convertirla en novela.