Sembrar, amar y sanar. Plantas medicinales de la Serranía de Los Yariguíes (Santander, Colombia)
Autor: | Sembradoras y sembradores de la Serranía de los Yariguíes, Cupainatá |
En este estudio se lograron identificar al menos 280 especies de plantas medicinales, 64 de las cuales se encuentran en este manual y son utilizadas frecuentemente por Cupainatá para elaborar sus productos. En estas páginas podremos acercarnos a las plantas a través de sus nombres populares y científicos, sus orígenes, hábitos y usos. Las aplicaciones de las plantas las hemos organizado en 10 categorías principales: sistema nervioso y salud mental; dolencias generales; sangre y sistema cardiovascular; sistema respiratorio; sistema digestivo; sistema músculo esquelético; infecciones e infestaciones; embarazo, parto y puerperio; sistema urinario; piel y tejido subcutáneo. Cada aplicación tiene un ícono o representación gráfica, que complementará la información sobre las diversas plantas.
A lo largo del manual también podremos encontrar de manera directa las voces de algunas sabedoras, a través de códigos QR que se pueden leer con el celular. Buscamos ofrecer otros estímulos y generar otras emociones, accediendo a pequeños fragmentos de las charlas desarrolladas en la investigación de rescate de saberes. Queremos proponerles que cada nuevo uso de las plantas que aprendan, lo pongan en práctica, lo ensayen y lo escriban, en las hojas en blanco que aparecen al final del manual.
En nuestro entorno, la difusión de los conocimientos populares sobre las plantas medicinales se ha dado principalmente a partir de la tradición oral que, así como los “piecitos” y las “maticas”, se comparten y propagan por veredas y regiones. El despojo histórico del mundo rural, que sigue avanzando por el actual sistema dominante, nos está conduciendo a una pérdida progresiva de estos saberes milenarios. De ahí la importancia de recuperar estos conocimientos sobre las plantas, de defenderlos, documentarlos y difundirlos. La invitación con este manual es a dejarnos seducir por la mística de las plantas y hacer un reconocimiento a las mujeres y personas que preservan estos saberes, para cuidar nuestros cuerpos y territorios.
No dejemos de maravillarnos con la magia de las plantas, que siempre han estado ahí, acompañándonos, alimentándonos y sanándonos.
¡Que nunca pasen desapercibidas!