Investigar e innovar en ambientes diversos con sustento en el desarrollo humano sostenible
Las universidades son las instancias donde se concretan, comprenden,
posicionan tales problemas, pero también donde es posible imaginar, modelar y crear potenciales soluciones para provocar cambios necesarios. Las universidades, desde su referente más antiguo con la creación de la Universidad de Qarawiyyin en el año 859,
precisamente fundada por dos mujeres tunecinas, en la ciudad de Cairuán, la capital de Túnez (Petersen, 1995) hasta la diversidad más amplia expandida en todo el mundo, han sido protagonistas en el desarrollo del pensamiento analítico, que permiten interpretar, explicar y proponer alternativas ante los fenómenos de mayor relevancia de cada tiempo y lugar.
En dichos circuitos multiplicados y llevando consigo disímiles pedagogías para la formación, las universidades se han centrado en la reproducción y/o producción de la ciencia, la innovación social, ambiental, cultural y tecnológica, formas de reinvención de la relación de los seres humanos con la naturaleza y diversos contornos para la interacción con la
sociedad y sus instituciones, donde también se reproduce y reinventa la formación de un ser humano integral, crítico y propositivo. Por ello, la formación del ser humano hace parte de una de las mayores apuestas de la Universidad Mariana, para afrontar realidades complejas,
puesto que implica vincular a las nuevas generaciones en un proceso que no cesa. Así lo expresa en el Plan de Desarrollo 2021-2028, la formación humana integral reconoce en el estudiante su perfectibilidad, la capacidad de humanización y de alcance de mayores niveles
de espiritualidad y bajo lógicas de participación que conllevan a la lectura de problemáticas sociales del entorno (Universidad Mariana, 2020).