Nudos, desprendimientos, pérdidas y caídas
Autor: | Bedoya, Juliána |
Colaborador: | Rodriguez Ospina, Stefanny (Director) |
NUDOS
Desprendimientos, pérdidas y caídas
Desde hace algún tiempo no he podido dejar de pensar en nudos, tam- poco ha sido posible parar de buscarlos o de encontrarlos en cada cosa que hallo a mi alrededor o incluso en mi misma, pues es inevita- ble no advertirlos y batallar con ellos. También he intentado entender- los o descifrarlos y he emprendido la tarea de guardarlos y acumularlos.
Lo cierto es que desde siempre han estado, pero recién me per- cato de ellos. Algunos pueden advertirse claramente, sin embar- go, hay otros que permanecen soterrados bajo capas y membranas.
Puedo verlos, percibirlos y hasta padecerlos. Están en mi cuer- po, en mi mente y en mi sentir. Están en mi cabeza y en mi cabello; los noto en mi cuello y en mi garganta; me percato de ellos en mi es- palda y estómago, aparecen en mis pensamientos y en mi pecho.
Abordarlos implica algo de esfuerzo y persistencia, toda una lucha si se quiere. Pretender deshacerlos precisa comprender su naturaleza e intu- ir que están hechos de contactos, de roces, de tensiones, de enrevesa-
mientos, de cruces, de uniones, de encuentros, de vínculos y ataduras.
Y cada uno de mis días me doy a la tarea infructuosa de intentar desenredarlos... A veces me enfrento a los nudos de mi extensa cabellera; con peine en mano atra- vieso y tropiezo con las delgadas pero tercas bras que se rehúsan a soltarse, que se aferran y se tensan a pesar de los tirones y de la insistencia. Toda una cruzadaqueprovoca rupturasydesprendimientos.Trayendoconsigolacaída de manojos de pelo que se intrincan entre los dientes de un cepillo o de un peine.
Pérdidas que recojo y acojo, procurando todo un proceso de re-integración a través del contacto con mis manos, entre sutiles movimientos envolventes que pretenden amalgamar y replegar aquellas hebras que se constituyen ahora como despojos. Una bola de pelos, un nido, un amasijo de piel que se con- gura como vestigio contenedor de memoria y materia sensible, super cie circular hebrosa, cúmulo de acontecimientos, de afecciones y conmociones.
Dibujarlos se ha convertido en una de las maneras de sobrellevarlos, trazarlos ha sido al menos el intento por tratar de comprender sus dinámicas de embrollo, sus movimientos caóticos y sus ritmos desordenados. Se trata pues de una especie de entretejido de líneas, todo un entramado de oscuridades y claridades, o de intrincadas redes que dan cuenta de vacíos y saturaciones; vaciados al papel a través de la mano y los rastros que dejan sus movimientos al contacto con la tinta.
Juliana Bedoya Restrepo