Mariposas que cuentan cuentos
Una mirada de la relación nutricional en familias conformadas por personas poliamorosas
Mariposas y transformación, dos conceptos estrechamente ligados, uno natural, salvaje, misterioso y hermoso, otro que parece utópico, pero que es real y se puede vivir, sentir e incluso padecer, eso represento yo.
Quiero compartir un conocimiento que he obtenido durante mi experiencia. Estuve un tiempo entre las hojas y las flores, allí me
nombraron oruga, me alimenté e incluso mude de piel, casi cinco veces, utilice aquella última para tejer una forma de malla, quede boca abajo suspendida sobre una rama y así me convertí en una pupa.
Todo parecía oscuridad, recuerdo sentir casi que levitaba, quizás
era él, el hecho de estar suspendida, de cierto modo sujetada. A mi
alrededor había una especie de endurecimiento abstracto que no
logré describir, la piel me generaba incomodidad. Por alguna extraña razón, he mutado en una especie de animal, es decir, siempre tuve la creencia de que al morir volvería a renacer, en efecto está sucediendo, no sé de qué forma, pero ocurre. Sin embargo, tengo un grado de conciencia al pasar de una vida a la otra, aunque no tengo claridad.
Mis tejidos se están reorganizando, disolviéndose, modificándose,
glándulas serígenas a glándulas salivares, piezas bucales en trompa, mis patas están creciendo, ¡soy una pupa!, me cuesta creerlo, no sé si duermo, o estoy en quietud, y aunque parezca estable solo me estoy adaptando a los cambios de mi cuerpo, internos y externos.