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ISBN 978-628-7502-36-9

Mariposas en mis tripas

Autor:Quiroz Valle, Nidio José
Colaboradores:Avila Pérez, Alfonso José (Editor Literario)
Avila Bustos, Camilo José (Diseñador)
Herrera Lora, Rosa Alejandra (Coordinador Editorial)
Editorial:Santa Bárbara Editores E.U.
Materia:861CO - Poesía colombiana
Clasificación Thema::DCF - Poesía de poetas individuales
Público objetivo:General / adultos
Disponibilidad:Disponible
Estatus en catálogo:Próxima aparición
Publicado:2022-04-16
Número de edición:1
Número de páginas:110
Tamaño:17x24cm.
Precio:$64.000
Encuadernación:Tapa blanda o bolsillo
Soporte:Impreso
Idioma:Español
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Reseña

Era una calle más en medio de aquella ciudad, edificios con letreros luminosos de neón que anunciaban con coloridas y pintorescas imágenes la bienvenida a aquel lugar al que llamaban la calle de las fantasías, y es que eran ideales revueltos con realidad lo que se vivía en cada uno de los sitios que adornaban el colorido tramo de varios kilómetros de una amplia y transitada vía como esa. Cualquier le-trero o imagen se convertía en el centro de atracción para los que por allí pasaran.

Pero en medio de tantas opciones solo una llamó la atención de Fe-derico: MARIPOSAS COMIDA DE AMOR. Una hermosa mari-posa que irradiaba una luz verde en sus alas, acompañada a su la-do por un corazón igual de colorido, pero de color rojo, las puertas oscuras hacían oculta ante la mirada de los curiosos lo que adentro había, quizás como parte de la estrategia del dueño para captar la atención e invitar a entrar a aquel sitio a los desprevenidos que an-dorreaban por ahí en busca de cosas nuevas. Y Federico fácilmente cayó en aquella trampa que lo llevó a tomar la decisión de entrar.

Era un lugar tranquilo, los olores, los hermosos cuadros de maripo-sas igual de coloridas que el letrero principal, y la luz tenue, hacían que los clientes quedaran atrapados ante la belleza del lugar. No había mesas, ni tampoco había un letrero anunciando el menú co-mo pensaba Federico que encontraría en aquel sitio, a simple vista parecía un museo en donde un magistral artista exponía sus obras de mariposas de una manera original.

Federico, deambuló por unos minutos en medio del sitio hasta que el silencio fue interrumpido por una joven que apareció de algún lu-gar desconocido. La joven traía colgado un carnet de identificación sobre su cuello, vestía de blanco y en sus manos cargaba una libreta de apuntes. Se acercó de frente hasta donde él estaba de pie obser-vando las mariposas luminosas y afectuosamente lo saludó.

— “buenas noches señor, le damos la bienvenida a mariposas comi-da de amor, viene por primera vez o ya tiene cita con el doctor Wi-lliams”…

Ahora sí que terminaba de confundirse Federico ante lo que la joven le decía.

—Buenas noches señorita… Mmm, en realidad es la primera vez que entro a este lugar, no sabía que esto era un consultorio médi-co… pensé que era un restaurante o… algún café —

—“es lo que muchas personas piensan, pero no es ni un consultorio médico, ni un café y mucho menos un restaurante, es un centro de ayuda para quienes quieran enamorarse” —

Federico quedó en silencio por unos segundos,

— Ah sí… ¿y qué clase de ayudan brindan? — preguntó Federico quien aún no entendía todo lo que estaba escuchando y mucho me-nos como había terminado en aquel lugar.

— “bueno, le explicaré de que se trata, pero para eso debe llenar un formulario en la sala de pacientes, luego tiene que esperar el llama-do con la asesora del corazón, quien le dará un diagnóstico de lo que sucede con sus sentimientos, y finalmente ella lo remitirá a donde el doctor Williams, quien le dará las ultimas indicaciones pa-ra iniciar un tratamiento que le ayudará a enamorarse de la manera correcta con nuestras mariposas. Todo esto tiene un costo de 300 dólares lo que incluye las tres primeras dosis de mariposas y segui-miento de su caso, después, dependiendo de sus circunstancias y como avance en el tratamiento tendrá que comprar las siguientes dosis de mariposas si es necesario. ¿Comienza de una vez o deja apartada la cita? … ah, y si comienza hoy mismo debe cancelar el 50 % y el restante en dos cuotas en las siguientes citas”. —

La boca de Federico permaneció abierta durante toda la explicación de la joven, y parecía estar perdido, quizás tratando de asimilar to-do lo que se le decía o tal vez reprochándose por haber entrado a un sitio como ese, después de una pausa tras la finalización de la explicación de la joven reaccionó.

— Mmm… no señorita, gracias, no necesito de tratamiento para enamorarme, tampoco estoy interesado en comer mariposas, y mu-cho menos en entrar a una consulta para que diagnostiquen mis sentimientos, solo entré aquí por curiosidad porque creía que era un restaurante o un café, de todas maneras, ¡gracias! —

— “con todo gusto señor y recuerde que, si algún día necesita ayu-da para enamorarse de verdad, le ofrecemos un tratamiento que le ayudará a experimentar el verdadero amor, ese que hace que sin-tamos maripositas en el estómago” —

— Gracias, hasta luego —

Caminó a toda prisa hasta la salida y cuando salió murmuraba para sí: “maripositas en el estómago, que tontería, no pensé que hubiera gente que creyera aun en eso de las maripositas en el estómago, no necesito de unos bribones que seguramente son unos estafadores, no necesito de ninguna ayuda para enamorarme” — al llegar a la cua-dra siguiente tomó un taxi y se fue a casa.

Aquella noche Federico no dejó de pensar en el inusual tratamiento de las mariposas para enamorarse, pero no quiso convertir esto en un pensamiento importante, por eso se cerró ante las posibilidades de aquellos recuerdos y durmió plácidamente.

Nidio Quiroz
Autor

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