Efecto del aprendizaje basado en proyectos y el logro de habilidades intelectuales en estudiantes de contabilidad superior
Autores: | Orellano Antúnez, Juan Carlos Malpartida Márquez, José Darwin |
Basar la educación a través del diseño de proyectos puede traer consigo significativos resultados, además que permite que el participante logre involucrarse de manera activa no solo a los procesos concernientes a su formación, sino también a establecer lazos con el entorno, así como al ámbito laboral que será su campo de acción inmediato. En este sentido, el proceso formativo debe estar orientado desde que el estudiante se inicia hasta que logre posicionarse dentro del mercado laboral. Es bien sabido que en la actualidad la educación universitaria está atravesando por difíciles escenarios que van desde currículos desfasadas de la realidad, desmotivación laboral, bajo rendimiento, escasa profesionalización, hasta situaciones que ponen al sistema en una constante amenaza, esto sin mencionar que algo del fracaso y de la deserción estudiantil se debe en parte a estos componentes que siguen presentes en la actualidad.
Si se pudiera hacer un balance en torno a los beneficios que el aprendizaje por proyectos aporta, giraría en la planeación, además del diseño de los propios mecanismos educativos, sin mencionar también aquellos cuyo horizonte están centrados en la misma evaluación de los procesos de formación. La necesidad de contar con un sistema que logre motivar al participante es una de las tareas que la educación del futuro debe tener en cuenta, además de aquellos procesos que permitan que el propio participante descubra mediante novedosas propuestas qué aspectos desea aprender. Este enfoque si bien vuelve sobre nociones tradicionales de la educación, también se centra en un modelo abierto y democrático que considera como punto de interés basado en las propias fortalezas del estudiante. Esta estrategia constituye de igual manera un auténtico reto para los docentes quienes deben también desarrollar y aprender nuevos aprendizajes, ya que la enseñanza presenta significativos avances, por lo que esta debe responder a la sociedad en general, además que permite que “los estudiantes investiguen y analicen, y se vinculen casi por completo con situaciones reales o situaciones del medio ambiente del estudiante” (Landron, Agreda y Colmenero, 2018, p.212).
Hoy en día la necesidad de contar con un sistema que responda a las exigencias de la sociedad es cada día mayor debido a las fuertes demandas que el mundo tiene. De allí que el sistema educativo está en la facultad de preparar no solo en aspectos netamente formativos, sino también en aquellos de vinculación con el contexto. Los empleadores exigen en este sentido profesionales con habilidades y competencias significativas, que sean capaces de tomar decisiones frente a situaciones que ameriten tales determinaciones, es decir, un nuevo ciudadano que esté a la altura de las exigencias para un nuevo siglo, además de un profesional que rompa con los esquemas tradicionales, de allí la necesidad de que los procesos educativos logren mejorar y de esta manera, tener un personal muy acorde con la sociedad actual. Sin embargo, la realidad de las universidades e institutos de educación destinados para tales fines parece estar orientada hacia otras búsquedas que no necesariamente responden a las demandas de la actual realidad. De allí que es necesario que la formación que reciban los profesionales, indistintamente de la profesión que sea, esté encaminada hacia este modelo de aprendizaje por proyecto, que no solo afianzará los aprendizajes, sino que hará del participante un ciudadano responsable y capaz para transformar su entorno tanto laboral como personal