Reseña

Pensemos que para formar NOBLES SERES HUMANOS, debemos concentrar toda la inventiva, procurando lograr nuevas formas de entusiasmar a nuestros jóvenes con el más benigno uso de la inteligencia y la creatividad, como sagrados potenciales al servicio del amor.
Concentrados en el desempeño de los talentos, cual invaluable tesoro desde la divina providencia, entenderemos el deleite de la gratitud solidaria en ejercicio y la armonía del buen corazón como única religión.
Hemos de fomentar la integridad en pro del despertar, asumiendo el mejor libro de moral a consultar en la conciencia que es genérica, totalitaria y veras.
Hemos de reconocer que la fuente nos habla; que la vida tiene una voz y en su elocuencia nos dicta el perfecto manual para un armonioso aporte personal a la existencia, en virtud de manifestarse desde nuestra divinidad y esencia, como el principio más puro de las leyes naturales que rigen el cosmos.
En similitud, el ADN concentra la dirección para erigir al alma un santuario desde la materia, desplegando la sabiduría universal del espíritu de la creación, que genera y codifica la totalidad en que coactuamos mediante el milagro del ser participativos, responsables y conscientes.
Una nueva manera de interpretar nuestra experiencia, revelará la verdad que no hemos hallado en falsos templos. Un razonamiento más plausible, despejará por sí mismo lo tonto y caduco aún vigente en su disfunción, adoptando exclusivamente lo bello y verdadero como nuestro gustoso aporte a la evolución espiritual, en una cuota de elevación individual hacia la providencia histórica. Todo ello, en pos de la nueva aurora que anhela esperanzada la humanidad: "CONÓCETE A TI MISMO"