Lo normal y lo diverso en la psicología y en la educación
Colaboradores: | Garcia, Jorge Antonio (Diseñador) Arana Pineda, Antonio (Fotógrafo) |
El libro que el lector tiene en sus manos es producto de una reunión que en torno a la psicología, la diversidad y la educación se realizó en la Ciudad de Tijuana en el mes de julio del año 2018, espacio en el que los autores participaron como conferencistas y a quienes luego les solicité que escribieran un capítulo para integrar la presente publicación.
Los autores que participan abordan temas relacionados con su experiencia concreta y relacionados con experiencias vinculadas a las Naciones Originarias, las dimensiones de los criterios de evaluación propuestos por la OCDE y aplicados en países como México…, en otro sentido se consignan visiones críticas en torno a los criterios de normalización en psicología y el ámbito de la discapacidad o cuestiones que tienen relación directa con las vivencias sociales, culturales psicológicas de los jornaleros que trabajan en los campos de agro-explotación del Valle de San Quintín, en el Estado de Baja California de México o situaciones teóricas vinculadas con la denominada ética planetaria ligada a la problemática eco-social, en otro ámbito de la educación se presenta un capítulo que aborda la problemática de los migrantes que hablan un idioma diferente al español y que por las circunstancias de refugio en Tapachula, México se ven orillados a aprender el español.
En el marco inicia el libro con el texto de Sigifredo Esquivel Marín y Juanita Guerrero Hernández en torno a lo que ellos denominan una ética planetaria la cual vinculan con la responsabilidad eco-social en el marco de la interculturalidad, escriben en torno a la creatividad como característica central de lo que Esquivel y Guerrero la denominan como singularidad antropológica, a su juicio dichas dimensiones impactan en la cultura y la economía, lo cual si se hace de forma socialmente responsable cuando potencia la creatividad de los individuos y del mundo.
Para Esquivel y Guerrero la competitividad tiene que replantearse desde la creatividad como ética de la libertad co-responsable respondiendo a las necesidades humanas (Petra, 2009). Desde la ética de la libertad, la competividad no debe estar reñida con el desarrollo integral de una sociedad equitativa. En virtud de lo anterior consideramos que en la era de la información y del conocimiento, los conceptos de creatividad e innovación y responsabilidad social son inseparables entre sí y redefinen a la iniciativa de una nueva cultura. Se requiere una actitud emprendedora con enfoque de responsabilidad social que contribuya a la solución de los problemas sociales. El reto es promover un cambio cultural que potencie e interiorice comportamientos proclives hacia la promoción de una nueva cultura, educación y responsabilidad social. En este acercamiento preliminar proponemos el término cultura social innovadora a partir del desarrollo humano que produzca sinergia entre ética-responsabilidad social-creatividad-eco-desarrollo social. Y todo ello que incluya las diversas perspectivas y cosmovisiones de mundo de los pueblos originarios de todo el orbe. Solamente si somos capaces de generar perspectivas de otro crecimiento no económico podríamos verdaderamente plantear opciones ante la debacle que se avecina.
Luego Dionicio Toledo Hernández, un miembro de la Nación Originaria Tseltal de México, relata cómo los colectivos pertenecientes a dichas naciones permanecen en lucha y resistencia con respecto al pensamiento colonial y en ese camino conservan y crean miradas nuevas, ideas y acciones concretas tendientes a fortalecer su cultura y el derecho a su autonomía.
Toledo Hernández señala que: “…propuestas e iniciativas expresadas desde la voz de los más necesitados, gritando siempre una práctica concreta de la palabra inclusión, democracia y respeto, la historia organizativa de los indígenas sigue cobrando fuerza aún desde la obscuridad…”, en ese sentido presenta la experiencia que desde la Educación Comunitaria Indígena para el Desarrollo Autónomo (ECIDEA) concretan en un proyecto educativo sustentado en la cosmogonía de los abuelos, el desarrollo del buen vivir y la reconstrucción del tejido comunitario.
Con relación a la experiencia de ECIDEA Toledo Hernández relata la dinámica de organización y los propósitos del programa, la creación de las escuelas comunitarias y la participación de la vida familiar, bajo principios de sustentabilidad, autogestión, desarrollo y autonomía.
El segundo texto es de Rolando Pinto Contreras quien muestra el rescate de las propuestas de las escuelas comunitarias de la región de la Araucanía en Chile, a diferencia de Toledo Hernández, se presenta el rescate desde la visión occidental, aunque con una relación cercana a los colectivos Llaguepulli, Pinto Contreras parte de su experiencia crítica en torno a la formación de profesores en Chile y como el señala, en otros países de América Latina, en el marco de la educación occidental.
Pinto Contreras manifiesta que la recuperación de las propuestas comunitarias lleva 8 años al momento de la redacción del capítulo, pues había que definir propósitos, aprender y comprender la visión de tiempo y espacio y la vida en armonía, equilibrio, identidad y la relación simétrica entre hombres y mujeres. Luego de los aprendizajes Pinto Contreras relata el camino transitado para la construcción de la experiencia curricular en compañía con la Nación Originaria Mapuche.
El tercer capítulo camina en una visión crítica a los esquemas de evaluación sugeridos por la OCDE y aplicados en países como México, el camino es crítico desde lo occidental hacia lo occidental, analiza el camino seguido por los sistemas educativos a través de pruebas estandarizadas en el marco del mundo global centrado en el mercado.
Angulo Rasco interpreta los movimientos de reforma educativa en el marco global y su correspondiente marco ideológico, refiere el inicio del camino en los Estados Unidos de Norteamérica con Ronald Reagan y el rumbo tomado por Margaret Thatcher en Inglaterra, señala Angulo Rasco que: ”Durante sus mandatos es cuanto comenzaron a activarse los códigos que introdujeron en la vida cotidiana el neoliberalismo como forma de vida” y muestra el desarrollo de los sistemas educativos bajo la presión global.
En un cuarto momento, se cambia el rumbo y es posible leer a Pavón-Cuellar como Psicólogo crítico analizar el problema de la normalidad y la diversidad en el marco de la psicología como disciplina al servicio del capital, en consecuencia como ideología. Relata lo que la llama la doble acepción de la normalidad, por un lado dice Pavón, como lo común o lo adecuado, entre otras cosas o como lo adecuado o lo conforme a las normas establecidas.
Analiza cómo las categorías de común y lo adecuado como referidas a lo normal provocan una confusión derivada de la “…redundancia precipitada y simplificadora…” lo que al final de cuentas provoca una falacia como resultado de ahorrarnos el esfuerzo de pensar en torno a la cuestión.
La visión crítica de Pavón-Cuellar lo lleva a valorar dos elementos más, por un lado, lo que denomina patología de la normalidad y por el otro, la patologización de la salud, también lo que es adecuado para el capital, lo que supone considerar lo normal en términos valorativos, además de los tradicionales referidos a la estadística.
Es interesante leer la relación que Pavón-Cuellar hace de la patología como expresión del capitalismo y patrón de normalidad, en el marco de la filosofía neoliberal, además lo que denomina como normatividad que se utiliza para fijar el patrón de normalidad esperada.
Es de esa manera que Pavón-Cuellar muestra cómo la salud exterior es mercancía y queda subsumida en el capital, por lo que ser sano ya no es asunto de la persona, pues la norma no se fija en razón del sufrimiento humano o su testimonio, sino por manuales diagnósticos o exámenes médicos o psicológicos, en esencia por el sistema social y económico vigente.
Luego Eliseo Guajardo Ramos escribe un capítulo en torno a la discapacidad normalizada en el campo de la psicología como diversidad, presenta un cronológico en torno al tema, continua trabajando en torno al concepto social que refiere a la discapacidad y plantea a su creador Len Barton a pesar de ser él mismo una persona discapacitada, señala Gajardo Ramos que sería interesante apreciar la discapacidad más allá de los instrumentos de medida y se tomara en consideración la subjetividad.
Guajardo Ramos presenta una serie de ejemplos en torno al de la diversidad como discapacidad normalizada en psicología, aparte desarrolla un apartado con respecto a la individualidad como una condición de estudio de la personalidad, para ello se apoya en Vygotski, señala en sus conclusiones que “Nos referimos a estudios de la personalidad en las personas con discapacidad desde la perspectiva del desempeño normalizado en su entorno social, no a la condición biológica del déficit, porque esto es la deficiencia orgánica fisiológica y no el comportamiento patológico”
El libro sigue con un reporte de investigación de Lorena Pulido Ríos y Raúl Solorio en torno al impacto que las condiciones de vida de los jornaleros en el Valle de San Quintín tiene en la salud física, emocional y social. Desarrollan en su capítulo un apartado en torno a la constitución de lo psicológico de lo cual refieren a Flores Osorio cuando afirma que es el punto de confluencia entre lo social, lo político, lo cultural y lo biológico, entre otras dimensiones.
Señalan Pulido y Solorio que “…la realidad material, la realidad biológica, la realidad social y la realidad personal son los aspectos que expresa la funcionalidad psíquica”, son sustentos del trabajo de los autores, Vygotski, Ellacuría y Flores Osorio, señalan que la forma de actuar de las personas es determinada por la estructura-función-simbolización, como forma de inteligir y dar sentido al mundo.
Una de las categorías que los Pulido y Solorio desarrollan es la de persona, misma que toman de Ellacuria, de la cual afirman se vincula con la vida materializada …”concreta regida cósmicamente como unidad primaria de factualidad”. Señala que la desvinculación lleva a las personas a quedar a la intemperie; es decir, fuera de su morada, ello fundado en Ellacuria.
Enfatizan en la categoría de psico-organicidad como totalidad de la persona reflejada en su aspecto psíquico y físico, también postulado por Ellacuría, otra categoría rescatada en el texto es la de despliegue y actualidad de la persona y consideran que uno de los aspectos centrales de la vida de los jornaleros es la socorrencia que es una constitución psico-orgánica y desde esta categoría interpretan la problemática de los excluidos-pauperizados presentes en los campos agrícolas del Valle de San Quintín.
En el siguiente capitulo denominado la filosofía de la educación, abriéndose camino en la dimensión ética y política de la educación propone una posibilidad ética y política para la educación como un problema de la filosofía en tanto que compromiso con el mundo. Los autores parten de pensar cómo en el marco del neoliberalismo reinan grandes desigualdades, la vida se concentra en el consumo y el empobrecimiento de la educación a partir de minimizar a las instituciones educativas.
Al final del libro, el lector tendrá en sus manos el capítulo de Jesús Coria Juárez (QEPD) quien abordará una problemática que puede ser relevante para pensar la relación del profesor con el alumno a partir de una práctica colaborativa que mira hacia la construcción de la paz en las sociedades que derivado del desarrollo del capitalismo en su fase neoliberal presentan altos índices de violencia y que en buena parte son motivados por las propias estructuras gubernamentales y el crecimiento de la pobreza.