Reseña

A las 15:30, Carlos despega de Cartagena y por primera vez en su vida ve el mar porque él siempre había volado entre montañas y cordilleras.

Le dan ganas de zambullirse en las profundidades de esta gran masa de agua conocida como el Mar Caribe, pero se abstiene porque no vuela solo, va con cupo completamente lleno.

Queda maravillado con todo lo que ve del mar desde los más de diez mil pies de altura en que se encuentra.

Especialmente queda extasiado con un aparato como él que, en vez de volar por los aires, vuela por debajo de las aguas, y lo acompaña hasta su llegada a San Andrés.

A sabiendas de que Carla vuela cerca y encima de él, Carlos le pregunta por el extraño y hermoso aparato debajo de las aguas y ésta le contesta que se trata de un submarino.

“¡Yo quiero ser un submarino! ¡Quiero seguir volando, pero debajo de las aguas!”, le comunica Carlos a Carla que queda sorprendida.