Evaluación de la estrategia blended learning (b-learning) implementada a nivel curricular en el área de ciencias naturales de ciclo 4 en un colegio distrital de Bogotá D. C.
Autor: | Lara Vera, Luis Gabriel |
Resulta difícil desconocer los rápidos avances de las tecnologías de la información y de la comunicación “TICs” en el campo educativo. Un ejemplo de la rápida implementación de las TICS en los escenarios educativos se evidencia en que en pocos años se pasó de usar la pizarra y la tiza, posteriormente, se usaron marcadores borrables en acrílicos, en la actualidad se escribe en computadores para proyectar en lienzos y pantallas gigantes el material preparado para el desarrollo de las clases.
Lo que resulta cuestionable, es el modo de usar estas tecnologías en los procesos de formación de cara a la función docente que se espera para el siglo XXI. Aún hoy, sigue siendo el docente el personaje activo de las dinámicas escolares en cada salón de clase. De otra parte, los estudiantes terminan siendo los sujetos pasivos. Es decir, no hemos podido superar el modelo tradicional de enseñanza. Lo único en que hemos adelantado, es en incorporar nuevas tecnologías a este modelo, y ¿Cuáles son los resultados? Que el estudiante ya no se duerme observando una pizarra, se duerme observando la proyección de un video beam o un tablero de esos que llaman inteligentes.
En contraste a esto, surgen modelos alternativos de educación que buscan generar cambios estructurales, buscando la pertinencia y la socialización del conocimiento global y local, en la construcción de propuestas que posibiliten resolver los problemas de las realidades concretas que se encuentran en la comunidad (ÁVILA, R; CAMARGO M, 1999).
El Blended Learning (B-Learning), surge como una propuesta para el aprendizaje que evoluciona buscando superar dificultades propias tanto de la educación tradicional (de las cuales ya he mencionado algunas), como del e-Learning (educación a distancia), donde sus aspectos relevantes más criticados son: La ausencia de contacto humano que dificulta sentirse parte de una comunidad educativa y el alto requerimiento de motivación para seguir un curso on-line, entre otros. (PASCUAL, 2003).
La definición más sencilla y también la más precisa, describe el B-Learning como el modo de aprendizaje que combina la enseñanza presencial con la tecnología no presencial “which combines face-to-face and virtual teaching” (BARTOLOMÉ citando a COATEN, 2003; MARSH, 2003). En este aspecto, el punto clave en el desarrollo de esta propuesta metodológica es la selección e implementación de los medios tecnológicos más adecuados para cada necesidad educativa. De esta manera, se busca resolver problemas que subyacen del modo en que tradicionalmente se usa la tecnología en procesos educativos tradicionales, incluso también en el e-Learning. Otro aspecto significativo comparado al e-Learning,, es el contacto humano durante el proceso de formación, que permite mantener el proceso de socialización entre los sujetos atendiendo las necesidades que subyacen de las diferencias individuales y motivando el mejoramiento de las destrezas desde un trabajo colaborativo (BARTOLOMÉ, 2004).
En la intención de mejoramiento institucional, varios centros de formación superior y colegios de educación básica y media han vinculado espacios virtuales de aprendizaje a sus currículos con el fin de alcanzar mayores niveles en los logros propuestos. Este es el caso del colegio Cundinamarca IED., que viene en proceso de incorporación de un espacio virtual para el aprendizaje desde finales del año 2010. Durante el año 2012, se propuso un esquema de trabajo bimodal (B-learning) en la área de ciencias naturales con 134 estudiantes de primer año del ciclo 4 (octavo grado). Al finalizar el año 2015 cerca de 800 estudiantes (desde sexto a undécimo grado), están desarrollando procesos de ciencias naturales con esta estrategia metodológica.
Esta investigación pretende evaluar las variables relevantes implementadas en este esquema metodológico de aprendizaje Blended Learning (B-Learning) y su influencia en el logro académico obtenido en los 135 estudiantes que participan en el proceso desde el momento inicial.