Pindo, su producción, transformación e importancia cultural en el departamento del Huila
El pindo (Gynerium sagittatum) también llamado
caña brava, es un cultivo tradicional en algunos municipios del Huila como Palermo, Baraya, Santa María y Campoalegre, que, al ser convertido en fibra, permite la creación de un sin número de artesanías como bolsos, billeteras y accesorios de alta calidad. Cerca de
150 familias ubicadas en el norte del Departamento,
dependen de esta actividad comercial (Gobernación
del Huila, 2018), buscando constantemente innovar
en sus procesos productivos con el fin de obtener un
mayor margen de rentabilidad. Para realizar el proceso de tejido, se emplean fibras
naturales extraídas de las venas de hojas de pindo,
cuyo proceso de extracción implica un arduo trabajo
manual ya que se hace necesario raspar con un cuchillo
las venas para separar las fibras del bagazo (Beovide y
Campos, 2015). Esta actividad limita en gran medida
la capacidad de producción de los artesanos locales
debido a los largos tiempos de procesamiento, además la falta de mano de obra para ejecutar esta labor,
se ha convertido en un factor determinante para que
exista un déficit de fibra disponible para la elaboración
de artesanías especialmente en épocas de cosecha.
Además, obtener fibra de pindo deja gran cantidad de
bagazo como subproducto del proceso de raspado,
cuyo único uso hasta el momento, es servir como alimento para animales, aunque no es una materia prima
que se emplee con regularidad en la región para tal fin.
La generación de este residuo ha llegado a alcanzar
volúmenes de hasta cuatro toneladas por año solo en el
departamento del Huila, convirtiéndose en un problema
ambiental que afecta a la población