La sociedad del conocimiento y su impacto en el desempeño laboral y profesional
Colaboradores: | Loaiza Álvarez, Roger (Director) Escobar Gómez, Juliana (Compilador) Loaiza Correa, Daniel (Coordinador Editorial) |
Las competencias son procesos a través de los cuales las personas realizan actividades o resuelven problemas de la vida cotidiana y del contexto laboral-profesional con idoneidad, mediante la articulación de tres tipos de saberes: “saber hacer”, “saber conocer” y “saber ser”, con conciencia crítica y de asunción la responsabilidad por las acciones llevadas a cabo. Las competencias aparecen primeramente relacionadas con los procesos productivos en las empresas, y recientemente en el sector académico. Por definición las competencias laborales “son el conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes que, aplicadas o demostradas en situaciones del ámbito productivo, tanto en un empleo como en una unidad para la generación de ingreso por cuenta propia, se traducen en resultados efectivos que contribuyen al logro de los objetivos de la organización o negocio”. Éste es el contexto en el que nacen las denominadas competencias laborales, concepto (en plural) que presenta varias definiciones, entre las que sobresale aquella que las describe como la capacidad efectiva para llevar a cabo exitosamente una actividad laboral plenamente identificada (Iberfop-Oei, en Huerta, Pérez y Castellanos, 2000.).
Uno de los desafíos competitivos que enfrenta América latina es mejorar la calidad de su talento humano y asegurar que los trabajadores puedan actualizar y certificar sus competencias laborales a lo largo de la vida, mejorando su aporte a las empresas y a su propia empleabilidad, por tanto es necesario que el profesionista pueda mostrarle al empleador, actual o potencial, cuáles son las competencias profesionales que efectivamente posee, o cuáles son las competencias técnicas y laborales, en el caso de trabajadores sin reconocimientos formales de su calificación. Según la OIT, Organización Internacional del Trabajo, una buena categorización de la competencia, que permite aproximarse mejor a las siguientes definiciones, es la que diferencia tres enfoques. El primero concibe la competencia como la capacidad de ejecutar las tareas; el segundo la concentra en atributos personales (actitudes, capacidades) y el tercero, denominado “holístico”, incluye a los dos anteriores.
La implementación de la gestión del talento humano en la sociedad del conocimiento, debe contribuir a elevar la calidad en el sector productivo, de servicios y en general del sector empleador, en tal forma que estos sean coherente con la articulación con el sector formativo o las instituciones educativas que forman a sus futuros empleados, lo cual se comprueba en el aumento de la pertinencia y pertenencia de los currículos, mayor sistematicidad en los procesos de gestión del talento humano en las empresas, estrategias didácticas y de evaluación más ajustadas a los procesos de desempeño y del aprendizaje significativo, así como el reconocimiento de los aprendizajes previos y una mayor integración entre teoría y práctica. Una forma de hacer con efectividad son las competencias desde la óptica del sector formativo, productivo y emprendedor.
El propósito del COINCOM es informar sobre los distintos enfoques de la formación basada en competencias que sean aporte a la formación para el trabajo y el emprendimiento, pues en un tema que debe actualizar permanentemente y más aún cuando nuevas profesiones que modifican el desempeño laboral de las personas se están generando con la sociedad del conocimiento.