Reseña

El desarrollo de las Habilidades Investigativas va más allá de los procesos formativos de carácter repetitivo, informativo o cognoscitivo, sino que se gestiona y autogestiona través de la actuación formativa en las habilidades del pensamiento. De ahí, que sustentemos a lo largo de la obra que sólo el conocimiento y el conocer no bastan para animar y fortalecer habilidades de pensamiento e investigativas, pues a ello se debe aunar el quehacer investigativo, ya que se aprende a investigar investigando lo mismo que se produce ciencia haciendo ciencia. Es decir, el desarrollo de las habilidades del investigador es asunto que no se resuelve única y exclusivamente mediante la generación o intervención en procesos formativos, sino también con la actuación formativa de las habilidades intelectuales.
Entonces, el saber no está dado como el conocimiento científico; el saber es una construcción dialéctica en permanente autotransformación. El saber es cercano al quehacer y a la reflexión crítica sobre la base, principalmente, de las preguntas y los problemas; esto, porque el saber es próximo al hacer, a la reflexión crítica y a la problematización. Así, el saber es un camino o Trayecto en el contexto de esta obra, que se forma en proceso de continua auto-modificación.
Por eso, el conocimiento y el conocer por sí solos no propician habilidades de pensamiento y mucho menos Habilidades Investigativas; estas últimas, anidan en el quehacer investigativo y, por ende, se aprende a investigar investigando.
El conjunto de investigaciones que hacen parte de este libro tiene el propósito de indagar por la relación entre las Habilidades Investigativas y la Autorregulación del Aprendizaje en el contexto de la formación posgradual. Se trata, entonces, de ahondar en este objeto de estudio a partir del contraste de las corrientes teóricas tradicionales con las innovadoras, de la revisión de los estados de arte y de los estudios que se aplicaron a estudiantes de posgrados de la Universidad de Manizales.