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ISBN 978-958-56050-5-3

Serenata para la mujer del asesino

Autor:Rodríguez Castro, Alberto Jairo
Editorial:Fundación Casa de la Lectura
Materia:860CO - Literatura colombiana
Clasificación Thema::D - Biografías, literatura y estudios literarios
Público objetivo:General / adultos
Disponibilidad:Disponible
Estatus en catálogo:Próxima aparición
Publicado:2018-10-15
Número de edición:1
Número de páginas:208
Tamaño:15x24cm.
Precio:$35.000
Encuadernación:Tapa blanda o bolsillo
Soporte:Impreso
Idioma:Español

Reseña

Los cuentos reunidos narran a la Colombia que he conocido, la que cubrí como periodista y la que inventé como cuentista. De la que jamás pude irme. Y que como país me ha dado las historias. Si cuando se vive fuera de Colombia, los escritores colombianos escriben de ella, cómo no hacerlo cuando se comparte la charca.

El título proviene de una serenata soñada en el medio día. Un escritor se pierde entre el terror preternatural y el horror cotidiano. Escribe un cuento de terror para un concurso, absolutamente convencido que lo va a ganar, a pesar de no haber escrito en su puñetera vida un cuento de terror. El premio, además de la publicación, equivale al dinero para sacudirse un par de prestamistas que le respiran en la puerta. Y fuera del cuento, comete un error de apreciación que lo lleva al horror, cuando se le ocurre acercarse a la mujer de un sicario del tercer piso.
Busqué algo que siempre ha sido una pieza de programa: hacer que la crónica suene a cuento y que el cuento suene a crónica.

Acometerlo me supuso traicionar un poco a los géneros para que el artificio funcionase. Introducir, por ejemplo, “versos satánicos” a la información, o hacer “periodístico” el cuento. En el intento encontré un intersticio que se me abrió para hacer autoficción o subtextos biográficos.

Todas las historias me llegaron. Lo único que yo hice fue escribirlas. Darles un punto de vista. Colombia da para hacer un cuento diario. Los protagonistas son los que ponen el dolor, de cualquier lado. El dolor es el dolor y no discrimina. Víctimas de las inundaciones, falsos positivos, prostitución carcelaria, policías/sicarios, matrimonios de conveniencia, reinados de belleza, la metáfora de la sangre, el artista y la guerra, los desplazados y el cine.

Colombia está desperdigada en todos los personajes, les da sangre y les da cuerpo, por ellos camina en medio de atmósferas tóxicas que alumbran el dolor. Alguien en una entrevista me preguntó, qué clase de escritor es usted. Soy uno que se interesa por el dolor. ¿Cómo no hacerlo si a todos nos duele?

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