Reseña

el más reciente libro escrito por la poeta samaria Monique Facuseh, se afirma en la transitoriedad del hombre y de las cosas. Nos revela que nuestra morada definitiva se halla en la palabra, que tiende a convertirse en fábula. ¿No somos más que seres fabulados que habitan en su propio exilio desde el primer día de su existencia? Como si el vacío terrenal y el de los cielos fuesen la herencia misma de todo lo creado, sus poemas nos conducen por una música que se teje y se desteje a sí misma, dejándonos únicamente el sueño, la ausencia de algo que existe cada vez más lejos de nosotros. Perdidos en nuestro propio laberinto, no hallamos el hilo de Ariadna que nos redima, que nos lleve a un manantial de luz. Ausencia de Dios mismo que, como se podría interpretar en la poesía de Ungaretti, se aleja cada vez más de nosotros y nosotros de Él. En el fondo, lo canta Monique con su música, en la fábula creadora de su palabra, alguien nos cierra la puerta de entrada a un paraíso que tal vez existió, o ¿por qué no decirlo?, que aún existe en la memoria trágica, olvidada de su fuente, de su arco iris primigenio. Bellos poemas que arden en su llama interior y en el vasto silencio que nos rodea y nos escribe. --- Partitura Cotidiana