Tres banqueros centrales
Autores: | Uribe Escobar, José Darío Urrutia Montoya, Miguel Ortega Acosta, Francisco José Villar, Leonardo Kalmanovitz, Salomón Steiner, Roberto |
Colaboradores: | Ramírez Giraldo, María Teresa (Prologuista) Meisel Roca, Adolfo (Prologuista) |
PRÓLOGO
Adolfo Meisel Roca
María Teresa Ramírez
En los últimos años los aportes de los economistas que siguen la orientación institucionalista, iniciada por autores como el premio Nobel Douglas C. North, han tenido una gran influencia dentro de la academia. Esa orientación señala que en largo plazo lo que determina el comportamiento económico de los países es la calidad de las instituciones, entendidas estas últimas no como las organizaciones sino como las reglas de juego y los incentivos para las acciones de los individuos en la sociedad.
Sin embargo, a menudo ese énfasis estructuralista nos hace olvidar que las instituciones son solo como senderos que orientan, limitan o incentivan la ruta que siguen los agentes económicos pero que son siempre y en todas partes los individuos, con mayores o menores márgenes, los que actúan. Por esa razón, la calidad y las características del liderazgo son dimensiones sociales muy relevantes en el desempeño de los países y las organizaciones.
En este libro presentamos los perfiles profesionales, y algo sobre sus características personales, de los tres últimos gerentes generales del Banco de la República, una de las organizaciones económicas más influyentes en Colombia en el último siglo. Nos referimos a Francisco Ortega, Miguel Urrutia y José Darío Uribe. Estos perfiles fueron analizados por los economistas Roberto Steiner, Salomón Kalmanovitz y Leonardo Villar. Los tres gerentes mencionados se caracterizan por su larga trayectoria en la institución, su prestigio profesional y su reconocimiento en la sociedad colombiana e incluso en el exterior. La solidez del liderazgo de sus gerentes ha sido parte importante del prestigio que ha tenido el Banco de la República desde su fundación en 1923.
La razón para haber escogido los tres gerentes cuyos perfiles se incluyen en este libro es que los tres tuvieron que ver con una nueva etapa en la historia del Banco: la autonomía que le concedió la Constitución Política de 1991. También se tuvo en cuenta una de orden práctico, los tres tuvieron una trayectoria laboral muy larga, pero reciente, en el Banco de la República, razón por la cual muchas personas están familiarizadas con sus actuaciones y manera de pensar y por lo tanto había información abundante de primera mano para hacer esos ensayos. Por eso mismo, se dificultaría hacer hoy en día algo equivalente para los primeros gerentes. Sin embargo, al analizar la información general con la cual se cuenta para los 11 gerentes generales anteriores a los tres tratados en profundidad en el libro, se observa que como grupo comparten características generales que vale la pena resaltar y discutiremos en más detalle: su larga vinculación con la institución, su prestigio profesional y personal, la larga experiencia que tenían cuando llegaron al cargo y su larga permanencia como gerentes generales.
Lo primero que llama la atención al analizar el grupo de personas que han ocupado la gerencia general del Banco de la República desde 1923 es que se trata de un grupo muy reducido, 13 en propiedad y uno que estuvo encargado durante 11 meses. Ello implica una duración promedio de 6.7 años por gerente general. Este hecho no es tan común en otros bancos centrales latinoamericanos. Como se observa en el Cuadro 1, en el otro extremo del caso colombiano se encuentra Argentina con 59 presidentes desde su fundación en 1935, lo cual arroja un promedio de duración de 1.37 años en el cargo.
En el Grafico 1 se observa la correlación entre los años de duración promedio de la cabeza del banco central y el crecimiento anual promedio del PIB per cápita real desde su respectiva fundación, la cual es claramente positiva. Aunque se trata de solo seis observaciones, y por lo tanto el resultado no es estadísticamente robusto, lo presentamos pues no deja de ser llamativo.
En el Cuadro 2 se resumen los datos principales de los 14 gerentes generales que ha tenido el Banco de la República desde su fundación. Varias características merecen un comentario. La primera es el origen regional. El mayor número, cinco, proviene de Bogotá. Le siguen Manizales, tres, y Medellín, dos. Pero llama la atención que de Antioquia y de la zona de colonización antioqueña hubo un total de ocho gerentes (Medellín, Envigado, Manizales, Armenia, Cartago). Ello es un reflejo del enorme poder económico y político que adquirió esa región del país con el ascenso de la economía cafetera después de 1910. La hegemonía durante el siglo XX, sobre todo hasta mediados del mismo, de personas oriundas de esa zona, coloquialmente conocidas como paisas, en el manejo de la política económica colombiana se vio también en la gran cantidad de ministros de hacienda y en la dirección de instituciones como la Federación Nacional de Cafeteros y la Asociación Nacional de Industriales (ANDI).
Excepto los dos primeros gerentes, que no podían tener una carrera laboral en el Banco anterior a su nombramiento como gerentes pues la institución era nueva, la mayoría de los gerentes han tenido un desempeño previo en el Banco. Sin embargo, habría que decir que el segundo gerente, Félix Salazar Jaramillo tenía experiencia bancaria anterior, pues había sido gerente del Banco Central durante el gobierno de Rafael Reyes y además estaba muy al tanto de lo que era el Banco de la República pues era el Ministro de Hacienda en 1922-1923. Los otros dos gerentes que no tenían experiencia previa y directa en el Banco de la República al ser nombrados gerentes generales fueron Carlos Mario Londoño y Hugo Palacios Mejía. Ambos llegaron al banco emisor en circunstancias un tanto singulares. El primero fue nombrado por muerte de Luis Ángel Arango durante la dictadura de Rojas Pinilla. Londoño asumió como gerente el 22 de enero de 1957, pero el 10 de mayo de ese año derrocaron a Rojas Pinilla, así que el 13 de junio Londoño renunció al cargo.
También Hugo Palacios Mejía llegó a la Gerencia General del Banco de la República sin una vinculación laboral previa y al igual que Londoño su nombramiento tuvo unas condiciones especiales. Palacios es un abogado-economista que había sido viceministro de hacienda y tenía una maestría en economía de la Universidad de Vanderbilt en Estados Unidos. Además, tenía amplios conocimientos sobre el tema fiscal. Sin embargo, el cargo al cual aspiraba Palacios en 1982 no era la gerencia del Banco sino el Ministerio de Hacienda. Él había sido el jefe del equipo económico del recién elegido presidente de la república, Belisario Betancur, y tanto el cómo sus allegados esperaban que fuera el Ministro de Hacienda. Sin embargo, por razones políticas el Presidente Betancur quiso nombrar en ese cargo a un miembro del Partido Liberal y se lo ofreció a Fabio Echeverri Mejía, en ese entonces presidente de la ANDI. Como este último no aceptó, Betancur nombró a Edgar Gutiérrez Castro. Por esa razón, el presidente le ofreció la Gerencia del Banco de la República a Hugo Palacios. Quizá por eso mismo, finalmente, en septiembre de 1985 Belisario Betancur designó a Palacios como su segundo Ministro de Hacienda en remplazo de Edgar Gutiérrez.
El gerente del Banco de la Republica que duró más en el cargo fue Julio Caro de Narváez. Era hijo del Presidente de Colombia y autor de la Constitución de 1886, Miguel Antonio Caro. Antes de ingresar al Banco de la República, en 1924, había sido funcionario del Banco de Colombia durante 23 años y al retirarse ocupaba el cargo de segundo secretario. Caro fue gerente del Banco de 1927 a 1947.
Entre todos los gerentes el que tuvo una vinculación laboral durante más tiempo en el Banco fue Rafael Gama Quijano quien entró en 1948 y trabajó hasta 1982, es decir 33 años y nueve meses. Gama es ejemplo sobresaliente de una persona que se formó profesionalmente en la institución. Ingresó al Banco con 22 años y realizó sus estudios de contaduría siendo ya funcionario. Los primeros cargos que ocupó fueron en los primeros niveles de la parte operativa del Banco y poco a poco su capacidad de trabajo, inteligencia y carácter hicieron que fuera ascendiendo hasta llegar a la primera posición en 1978.
Después de los tres primeros gerentes, que eran personas con mucha experiencia en los temas bancarios y financieros pero aparentemente sin títulos universitarios, casi todos los demás han sido profesionales. A partir de Luis Ángel Arango predominan los abogados. Estos tendían a ser abogados con conocimientos de temas económicos y bancarios. Por ejemplo, Luis Ángel Arango escribió su tesis de derecho acerca de los bancos de emisión.
A partir de Francisco Ortega los gerentes han sido economistas, todos con estudios de posgrado en el exterior. En el caso de Ortega, maestría y en el de Urrutia y el de Uribe con Ph.D.
El grupo de personas que han ocupado la gerencia del Banco de la República a lo largo de su historia se destaca por el grado de preparación y experiencia con la cual llegaron al cargo. Son ejemplo, de funcionarios públicos con altísimos estándares profesionales y personales. Son por lo tanto una parte esencial de los factores que llevaron a los logros de este banco central que fue el segundo que se creó en América Latina y que ya se acerca a los 100 años.