Reseña

La escuela no está ajena a lo que ocurre en nuestra sociedad, en ella se ven reflejados los conflictos que esta vive, pero además se generan sus propios conflictos propios de la forma como se aborda el aprendizaje, su metodología, los comportamientos de los educadores y de los educandos y el cumplimiento del manual de convivencia escolar, el acoso escolar.
No se puede apartar la escuela, ni de la familia, ni de la sociedad, no se puede armar una urna de cristal y pensar que lo que afuera pase, no afecta la vida escolar, porque la realidad es otra.
De allí que dentro de los deberes del quehacer educativo, está el de dotar a los estudiantes de las herramientas necesarias para que ellos sean capaces de abordar los conflictos, que a diario deben enfrentar en forma que les permita ser creativos, aprender y crecer como personas, en cada proceso de resolución
Cuando hablamos de conflicto generalmente se mira como algo negativo, tenemos que empezar por cambiar la perspectiva y comenzar a mirar positivamente la concepción del conflicto como una oportunidad de crecimiento, de aprendizaje.
No podemos asumir el conflicto en sentido negativo, porque entonces veremos al otro no como un opuesto, sino como un contendor al que hay que agredir o eliminar, siendo esta una de las causas de la violencia
El conflicto debe considerarse como situación normal, inherente a la cotidianidad, en sí mismo no es bueno, ni malo, es solo el fruto de las diferencias de percepciones, de intereses. Sólo son expresiones de la interacción social y humana y colocados en un ámbito propositivo se convierten en posibilidad de construir o reconstruir nuevas y mejores relaciones entre los hombres y mujeres y la sociedad en general.
Entender el conflicto de una manera alternativa, esto es como la posibilidad de entenderse desde la diferencia, el respeto por el pluralismo y la práctica democrática. Es una oportunidad para el diálogo, para el encuentro, para aceptar al otro desde la diferencia, para compartir ideas, para crecer y para aprender.
Esta mirada diferente del conflicto implica construir nuevas formas de relación, no se trata de suprimir o ignorar los conflictos sino abordarlos, vivenciarlos en forma pacífica y constructiva, de forma que se mejoren las relaciones comunitarias e individuales.
El conflicto en este nuevo enfoque se toma como un acumulado de posibilidades, que desde la diferencia impulsa el avance social. Lo grave es cuando manejamos el conflicto como siempre se ha hecho, con ejercicios de poder, de sometimiento, de exclusión.
Un aprendizaje importante que se debe dar desde el hogar, desde la escuela y desde la sociedad misma es el abordaje del conflicto, la manera de canalizarlo, la forma de resolverlo en forma creativa, o encontrar formas de regularlo, de forma que no haga crisis la familia o la comunidad o el individuo mismo.
Es necesario desarrollar herramientas educativas que den a los niños y a los jóvenes espacios donde aprenden a resolver sus conflictos, a través de encuentros, diálogos para construir opciones, en una ambiente de respeto por el otro y donde sea una realidad la tolerancia y el respeto por la diferencia; es la oportunidad para convertir a padres, maestros y a educandos, en tejedores de paz, es poder hacer realidad el sueño de formar ciudadanos que tengan sus respectivos repertorios conductuales y habilidades sociales, necesarias para asumir sus roles familiares y sociales, SOLO ASÍ CONSTRUIREMOS UNA CULTURA DE LA CONVIVENCIA DESDE LA ESCUELA.