Reseña

Presentación

Bienvenida, Dama; bienvenido, Caballero, al “Reino Perdido”, este Reino malogrado que se despliega en una república (lat. res pública, ‘cosa pública’, ‘interés público’) y es, a la vez, una monarquía (gr. monarchía, ‘gobierno de uno’) pues, siendo una “cosa” que a todos incumbe, sólo a Vos, Reina impugnada, Rey repudiado, concierne el recuperar su “gobierno”, su imperium (lat. ‘facultad de soberanía’)… En “El Reino Perdido” encontraréis las señales de un Camino celeste en cuya proyección terrestre os indique la trayectoria que, para aquello del “imperium”, en la Vida deberéis recorrer. El esquema y la orientación Norte-Sur, Polar, es igual para todos; pero solamente hay un único itinerario para Vos en el que podáis —sólo en él— ser realmente “libre” y que os llevará de nuevo al Trono y a la Soberanía…

Quien os va a revelar esas señales, cuyas referencias vuestras sólo Vos podréis reconocer, es Dom Pero de Lugo, el “Caballero Negro del Pico Sacro”, Guerrero-Trovador de la ‘Orden del Temple Interior’, mi Hermano “gemelo”, mi alter ego, descendiente de paganos —celtas y germanos—, de herejes —gallegos y castellanos—, con una especial unión con las Américas (en norrés ant. Huitramannaland, ‘tierra de hombres blancos’: ‘Albania’) donde recalara un afamado antepasado.

Juan Ponce de León y Figueroa, nacido en 1460 en Santervás de Campos (provincia de Valladolid) y fallecido en La Habana en 1521, es reconocido por haber sido el primer Gobernador de Puerto Rico y el descubridor de La Florida cuando iba en busca de la “Fuente de la Eterna Juventud”. Con él, el apellido Ponce de León se impregnó en las Antillas uniéndolas con la España peninsular. Y un tiempo después, el 24 de septiembre del “año del Señor” de 1559, Juan Ponce de León y Sandoval (III Conde de Bailén), un descendiente parental del descubridor, fue quemado vivo por hereje en Sevilla, castigo bastante más común en el resto del Viejo Continente que en España. Se le condenó por acumular unos libros de contenido luterano transportados desde Ginebra por Julianillo Hernández, uno de los primeros adalides del protestantismo en España y que, a su vez, el 22 de diciembre del año posterior fue también quemado vivo en la plaza pública sevillana. ¿Sus respectivas “pasiones” alcanzarían también a la Astrología?...

La “excomunión mayor” a la que se le condenó a Don Juan comprendió a toda su descendencia, por lo que su nieto Alejandro, nacido en Santiago, la Jamaica española, para borrar el “estigma” transformó en Pupo el “maldito” apellido y se instaló finalmente en Cuba en 1655. Y el nuevo apellido Pupo se transmitió por generaciones hasta alcanzar a nuestra abuela materna, “Ascensión”, nacida en Cuba en 1900 y retornada siendo aún bebé a la Península.

Sí, sangre de pueblos antiguos, de paganos y herejes, hispana y americana, de buscadores de la Fuente de la Eterna Juventud y de Eldorado, corre por nuestras venas, como por las de los múltiples tocayos, “Peros” y “Henriques”, protagonistas de increíbles gestas por todas las Españas. Y la Memoria de la Sangre tiene una incontenible fuerza “ascendente” si despertase la “Herencia Aria de los Antepasados” (la Arisches Ahnenerbe de la portada)… Y ése y no otro es el objetivo del autor con esta obra: instalar conscientemente a la Estirpe y al Linaje en el Camino de las Estrellas. Y, enmarcada en ellos, emplazar vuestra vida en la Vida, desvelando su significado, su Sentido, que no es otra cosa que vuestro Destino…

Para ello os encontraréis con un relato progresivamente intenso y profundo, en todo caso provocador de convulsiones subterráneas, de movimientos telúricos, que alcanzarán a vuestra Alma de forma dramática y que os animarán a modificar la desorientada senda y os estimularán a encontrar la certera, siempre antes descubriendo el verdadero Norte y el verdadero Sur de la “Brújula de vuestra Alma” para que la orientación se afirme y permanezca hasta el fin… Os convertiréis en “nórdicos” o “súrdicos” según sea la dirección de vuestro exclusivo Camino. Sí, ambos Polos pertenecen al mismo Eje…

En este relato iréis gradualmente avanzando en el conocimiento de la Astrología, aunque ahora no entendáis nada de ella (y si algo o mucho sabéis, mejor es que lo dejéis de lado para evitar interferencias), en los fundamentos, en la estructura, en el concepto general, en detalles específicos y en su significado ancestral. No obstante, no penséis en recibir lecciones de una disciplina astrológica. Esto no es un libro de texto sino un Tratado de “Astrosofía” (‘sabiduría a través de los astros’) cuyo propósito estriba en que os centréis en Vos mismo y en vuestras propias circunstancias, y no en otro y en las suyas…

Seguiréis luego, descubriendo en vuestro interior la “ley de la Vida” que llamamos Sincronismo; participando de un Paraíso inexistente pero “más real que lo existente” pues realmente “es”; y recuperando la sabiduría ancestral de los Ciclos, Edades, Eras y Épocas cósmicas y su influencia sobre vuestro Aquí y vuestro Ahora… Os asombraréis del porqué y del Sentido de vuestras Emociones, no entendidas como sentimientos sino como Juicios del Alma, como impresiones que incitan a la acción (e-moción). Distinguiréis entre vuestra Consciencia y vuestra Conciencia, que no son lo mismo. Y os enfrentaréis con la Serpiente del inexistente Paraíso que os recordará que en un instante “sagrado” y en un lugar también “sagrado” fuisteis expulsados de vuestro Reino… Posteriormente os sorprenderéis sumergiéndoos en la Vida que despliega sus grandes Fases y Crisis para que Vos podáis aprender de ellas recuperando el ejercicio de vuestra “condición regia”. Os haréis conscientes del mundo, “la república” en la que vivís, con su “benéfica y humanitaria” guillotina, y, evitando la “republicana” intromisión inconsciente, seréis conscientes del único modo de que podáis “salvar la cabeza” para sobre ella, un día, volveros a colocar vuestra Corona…

Comprobaréis que la Sabiduría de los Antepasados —denigrada hoy como supersticiones o cuentos sin ningún sentido “científico” o, cuando menos, “psicoanalítico”— es eterna, y lo haréis a través del análisis del “Arte Real” de la Alquimia. Os enfrentaréis con vuestros “buenos” y “malos” recuerdos, pues a unos y a otros deberéis desafiar. Descorreréis el velo que oculta el cumplido origen de la enfermedad y del sentido de ella, así como su ineludible imbricación natural, acercándoos a la “Naturosofía” (‘sabiduría a través de la naturaleza’) que os entregará la Amada de Dom Pero, Donna BlancaFlor de Clunia, la “Dama Blanca de la Estrella Alpina”, de Linaje galaico-portugués… Finalmente os introduciréis en la visión astrosófica de los Misterios del Conocimiento, de la Vida, de la Muerte y del ‘A-Mor’…

Con todo, tened siempre presente que “El Reino Perdido” es sólo vuestro y que, de este libro, sólo os pertenecerá aquello que seáis capaz de reconocer en Vos. Ésa y no otra es vuestra Responsabilidad…

Vuestro, Don Henrique de Herrera
el “Caballero Rojo del Último Valle”