Prensa Universal I
Autor: | Ruiseco Vieira, Carlos José |
Colaboradores: | Camargo, Cesiah (Editor Literario) Ruiseco Vieira, Carlos José (Director de la Colección) Martínez Ariza, Felicia Jazmin (Diseñador) Vélez Shaikh, Karim Abdul (Adaptador) |
El papel impreso sigue siendo el padre de los medios masivos de comunicación. Este medio fundamental lo debemos a la invención de Johannes Gutenberg. En el año 2000, al completarse el milenio, una empresa seria, tras una detallada encuesta, presentó a Gutenberg como el inventor que más influencia ha tenido a lo largo de esos mil años. Sabemos que desde un comienzo la religión se hizo presente allí: el primer libro impreso fue la Sagrada Biblia; de esa edición presentamos una página en la cubierta posterior de este libro.
La imprenta está, pues a la cabeza de la comunicación. Y dentro de las modalidades de papel impreso, el periódico, el diario, constituye sin duda el más ágil y oportuno medio.
El libro que hoy presentamos contiene una selección de columnas o artículos publicados en El Universal. Cuando escribí los primeros teníamos computador pero no había aún internet; los enviábamos directamente de mi oficina a El Universal. Así fueron leídos por los cartageneros y ahora, años después, la Fundación Febiana los ofrece en un libro con el fin de que los lectores actuales conozcan algo de sucesos y episodios, locales o foráneos, que no son sólo recuerdos, sino testimonios de algo que sucedió y que puede repetirse en nuestra época.
Son diecisiete relatos en que la vida de la Iglesia se proyecta en los avatares del mundo o, mejor, son reseñas de algunas noticias periodísticas, vistas con la lente imparcial de la Iglesia.
Al editar los artículos me propuse no cansar al lector y, por eso, los agrupé en cuatro series, para cada una de ellas, un colaborador mío, Karim Abdul Vélez Shaikh, redactó un comentario en el cual se da razón del tema tratado y se advierte su proyección a la época presente.
Concluyo expresando mi reconocido agradecimiento a las directivas actuales de El Universal por permitirme reproducir los textos de las columnas publicadas.
Arzobispo Carlos José Ruiseco
Cartagena y Barranquilla, febrero de 2016