Reseña

Fue un proceso bello la escritura de Sin límite, continuamente me sorprendía lo que escribía. Fascinante, desconcertante, íntimamente halagador. Preguntar por cómo ocurrió eso no tiene sentido, estaba ahí. Había subliminalidad en el proceso de mi pensamiento volviéndose literatura. Iba de sorpresa en sorpresa. Emergía como algo totalmente ajeno a mí, como si la mente trabajara en forma secreta e independiente. Había dolor y placer. Es paradójico, da un inmenso placer; pero, para hacerlo bien, se invierte mucho emocionalmente. Fue así, dado que es un ejercicio de pura imaginación, de creación en la medida en que la iba escribiendo. No había un modelo, no había una caleta, no había un esquema, el acto creador se producía en el instante mismo de la escritura, así que requirió de mí entrega, valor, osadía. Amable lector, en este proceso de construir la mentira de la ficción, te pido que, así como la trabajé, la leas, armando tus propias historias.