En busca de la felicidad perdida
Una respuesta al sentido del sufrimiento
Autor: | Tamayo Arias, Carlos |
INTRODUCCIÓN
Es posible que alguna vez usted se haya preguntado por el sentido del sufrimiento humano, y si este, tiene algún valor o algún sentido como para que constantemente parezca estarnos hostigando sin tregua alguna. Si se ha hecho esta pregunta, muy seguramente a lo largo de estas páginas encontrará esa respuesta; ya que, efectivamente el sufrimiento, si tiene un sentido importante en la existencia humana.
Comencemos analizando lo que dice uno de los escritos más antiguos de la historia, y que además, es considerado el más importante en nuestro contexto occidental. Ese gran escrito es nada menos que la Biblia -La palabra de Dios-. Ella nos habla con contundencia sobre el sufrimiento que nos espera acá en la tierra; veamos lo que dice: “Te ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la misma tierra de la cual fuste sacado. Por que polvo eres, y al polvo volverás”. (Génesis 3:19) Éste mortificante anuncio hecho por Dios parece estar vaticinando lo que será el destino del ser humano en su peregrinar por el planeta tierra. El sudor viene a ser el símbolo del esfuerzo y la fatiga, que a su vez, nos indican el elevado costo de nuestro pan diario, así, como nuestro vasto sufrimiento.
Según la sagrada escritura, el ser humano fue creado por Dios y situado en el paraíso del Edén para vivir en completa felicidad disfrutando de ese mundo hecho para su pleno deleite; pero, siempre y cuando, obedeciera el único mandamiento dado por su creador: no comer el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal. No obstante, y por desgracia, no ocurrió así, ya que, los ilustres habitantes del selecto paraíso, se dejaron tentar por el más ambicioso anfitrión de tan maravilloso lugar; induciéndoles a comer el prohibido fruto, con el que romperían la condición única para habitar el placentero lugar. Así pues, fue como tejieron su propia desgracia al ser expulsados de allí sin reparo alguno por el sumo hacedor; comenzando así, un largo camino de espinas y dolor que traspasaría a la humanidad entera día a día. Por eso, en adelante, el mayor esfuerzo del ser humano ha sido andar en la búsqueda de esa felicidad perdida, aquella misma, que perdió en el paraíso y que constantemente añora tener de regreso en su diario vivir.
Es así, como especialistas en la existencia humana como lo son: filósofos, teólogos, psicólogos, antropólogos, entre otros; se han dedicado a tratar el tema del sufrimiento desde sus diversas perspectivas en un intento por dar respuesta a tan penoso y complejo asunto. Yo también, como un inquieto por el sufriente andar humano, pretendo en estas páginas, abordar este tema con unos objetivos específicos. El primero de ellos, es encontrar el sentido que este encierra en la vida humana. El segundo, es brindar algunas herramientas que puedan ayudar a mitigar sus efectos en nuestra vida. Y, el tercero, orientar al lector en el camino a la felicidad verdadera al vislumbrar los objetivos del sufrimiento mismo. Pues creo que, cuando comprendemos el sentido de algo que nos afecta directamente, produce en nosotros cierto alivio; pero cuando parece que ese algo no es más que un absurdo, solo consigue intensificar nuestro malestar. Por eso, creo que el sufrimiento necesita de una respuesta que dé cuenta de su verdadero sentido y valor como aliciente y esperanza en nuestro diario caminar.
Así pues, -apreciado lector- espero que cuando termine de leer éste libro, pueda decir: “verdaderamente, el sufrimiento tiene un sentido y un valor trascendentales para la vida”.