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ISBN 978-958-46-6687-1

Diarios de Ofensa y Defensa. Tomo II
Ataque inglés sobre Cartagena de Indias. 1739 - 1740. Ataques a Portobelo y Cartagena de Indias.

Autor:Muñoz Atuesta, Francisco Hernando
Editorial:Muñoz Atuesta, Francisco Hernando
Materia:980.01 - Historia de América del Sur Período antiguo hasta 1806
Publicado:2015-06-23
Número de edición:2
Número de páginas:392
Tamaño:24x17cm.
Precio:$350.000
Encuadernación:Tapa blanda o bolsillo
Soporte:Impreso
Idioma:Español

Reseña

Al finalizar el primer tomo hemos dejado a don Blas de Lezo en Cartagena de Indias, en diciembre de 1738, hacía 21 meses que había arribado a este puerto, con su escuadra cargada de mercancías, aunque su llegada había sido anunciada con antelación a las autoridades en el Perú y Panamá, continuas dilaciones dilataban su estadía, causadas principalmente por la renuencia de los comerciantes peruanos, quienes con sus plazas abastecidas
por el contrabando, no tenían mayor interés en acudir a la feria de Portobelo. Don Blas de Lezo, en varias misivas dirigidas al Virrey del Perú, apremiaba por su pronta realización.
En Inglaterra el ministro Walpole trató entonces de llegar a un entendimiento con España en último momento, algo que se consiguió momentáneamente con la firma del convenio de El Pardo (14 de enero de 1739), en el que ambas naciones se comprometían a evitar la guerra y a pagarse compensaciones mutuas, además de acordarse un nuevo tratado a futuro que ayudase a resolver otras diferencias acerca de los límites territoriales en América y los derechos comerciales de ambas coronas.
Sin embargo, el convenio fue rechazado poco después por
el parlamento británico, contando también con la decidida
participación de la Compañía del mar del Sur. Estando así las cosas, el rey don Felipe V exigió el pago de las compensaciones acordadas por los británicos antes que España lo hiciera.
En ambos lados las posiciones se endurecieron, incrementándose los preparativos para la guerra. Finalmente, Walpole cedió a las presiones parlamentarias y las de la calle, aprobando el inicio de la guerra. Al mismo tiempo, el embajador británico en España solicitó la anulación del “derecho de visita”. Lejos de plegarse a la presión británica, don Felipe V suprimió el “derecho de asiento” y el “navío de permiso”, y retuvo todos los barcos británicos que se encontraban en puertos españoles, tanto en la metrópoli como en las colonias americanas.

El capitán Edward Vernon, manifiesto promotor de la guerra, tendría oportunidad de dar sus apreciaciones en un discurso ante el almirantazgo británico, que terminaría por precipitarla.
Ante tales hechos, el gobierno británico retiraría a su embajador de Madrid (14 de agosto) y declararía formalmente la guerra a España el 19 de octubre de 1739.

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