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ISBN 978-958-58171-6-6

Les he dado buenos pastores

Autores:Pulido Leon, Andrea
Garzón Lopez, Javier Mauricio
Liliana Restrepo C
Piñeros C., Luis Alejandro
Suarez R., Maria Angelita
Gutierrez Mejia, Maria Oliva
Colaborador:Pbro. Juan Miguel Sarmiento (Corrector)
Editorial:Instituto Catequístico
Materia:268 - Educación religiosa
Clasificación Thema::QRA - Religión: generalidades
Público objetivo:General / adultos
Disponibilidad:Disponible
Estatus en catálogo:Activo
Publicado:2014-09-01
Número de edición:1
Número de páginas:168
Tamaño:17.5x23.5cm.
Precio:$7.200
Encuadernación:Tapa blanda o bolsillo
Soporte:Impreso
Idioma:Español / Castellano

Reseña

Para nosotros catequistas, la Biblia es el libro más importante y a ella recurrimos siempre que necesitamos comunicarnos con Dios y preparar el acto catequístico, pero generalmente desconocemos las riquezas de la gran Tradición de nuestra fe. Este texto quiere que nos asomemos a un mundo nuevo, donde podremos encontrar la doctrina y la vida de algunos de los más grandes maestros que ha tenido la Iglesia Católica en su historia después de los apóstoles. Los Padres de la Iglesia, dice San Agustín "fueron, después de los apóstoles, los sembradores, los regadores, los constructores, los pastores y los alimentadores de la Iglesia, la cual pudo crecer por su acción vigilante e incansable. Para que la Iglesia continúe creciendo es indispensable conocer a fondo su doctrina y su obra que se distingue por ser al mismo tiempo pastoral y teológica, catequética y cultural, espiritual y social en un modo excelente y, se puede decir, único con respecto a cuanto ha sucedido en otras épocas de la historia". Comúnmente se considera la era patrística desde el año 100 después de Cristo iniciada con Clemente Romano, hasta la mitad del siglo octavo (VIII) con Juan Damasceno 749. Con este texto se pretende que todos los catequistas escuchemos la voz de los Padres de la Iglesia y también nos motivemos para un acercamiento a las obras de los santos padres que hoy en día están a nuestra disposición a través de muchos medios, entre otros las páginas web católicas. (Indicaremos algunas en la bibliografía). Conociendo los Padres nos podemos dar cuenta que su pensamiento y sus catequesis se inspiran siempre en la Sagrada Escritura y la explican o la desarrollan. La palabra de Dios es el núcleo de sus enseñanzas y por esa misma razón su espiritualidad es siempre actual."La Sagrada Escritura era para ellos objeto de veneración incondicional, fundamento de la fe, tema constante de la predicación, alimento de la piedad, alma de la teología" (Congregación para la Enseñanza Católica, Instrucción sobre los Padres de la iglesia en la formación sacerdotal, 26). Observaremos en el desarrollo de los temas que realmente son apenas una pincelada de motivación para que todos nos propongamos conocerlos más y beber de la fuente sagrada de la Tradición que ellos forjaron para hacer de la catequesis un verdadero ministerio en la Iglesia, pues hemos llegado al convencimiento que desconocer la Tradición es desconocer la Iglesia. Su santidad Juan Pablo II con ocasión del XVI centenario de la muerte de san Basilio escribió la carta apostólica "patres ecclesiae" y en ella podemos leer: "Son de verdad "Padres" de la Iglesia, porque la Iglesia, a través del Evangelio, recibió de ellos la vida. Y son también sus constructores, ya que por ellos -sobre el único fundamento puesto por los Apóstoles, es decir, sobre Cristo- fue edificada la Iglesia de Dios en sus estructuras primordiales. La Iglesia vive todavía hoy con la vida recibida de esos Padres; y hoy sigue edificándose todavía sobre las estructuras formadas por esos constructores, entre los goces y penas de su caminar y de su trabajo cotidiano. Fueron, por tanto, sus Padres y lo siguen siendo siempre; porque ellos constituyen, en efecto, una estructura estable de la Iglesia y cumplen una función perenne en pro de la Iglesia, a lo largo de todos los siglos. De ahí que todo anuncio del Evangelio y magisterio sucesivo debe adecuarse a su anuncio y magisterio si quiere ser auténtico; todo carisma y todo ministerio debe fluir de la fuente vital de su paternidad; y, por último, toda piedra nueva, añadida al edificio santo que aumenta y se amplifica cada día, debe colocarse en las estructuras que ellos construyeron y enlazarse y soldarse con esas estructuras. Guiada por esa certidumbre, la Iglesia nunca deja de volver sobre los escritos de esos Padres -llenos de sabiduría y perenne juventud- y de renovar continuamente su recuerdo. De ahí que, a lo largo del año litúrgico, encontremos siempre, con gran gozo, a nuestros Padres y siempre nos sintamos confirmados en la fe y animados en la esperanza. Nuestro gozo es todavía mayor cuando determinadas circunstancias nos inducen a conocerlos con más detenimiento y profundidad". Agradecemos infinitamente al padre Juan Miguel Sarmiento, profesor de patrología de nuestro Seminario Mayor por muchos años y actualmente párroco de San Antonio de Padua en Pacho Cundinamarca, su valiosa ayuda para la realización de este texto. Que la Virgen María, madre y modelo de la Iglesia nos acompañe en este caminar por los caminos del Evangelio en este empeño por renovar nuestra vida y la pastoral de nuestras parroquias.

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