Hemos Encontrado al Mesías
Autor: | Gutierrez Mejia, Maria Oliva |
El concilio Vaticano II incentivó de en gran forma los estudios eclesiológicos y cristológicos. Muy especialmente en la década de los setenta -pero incluso hasta hoy, aunque a ritmo menor- se suceden las cristologías, escritas por muchos de los más destacados teólogos cristianos de nuestro tiempo. Los estudios sobre Jesús, en realidad, empiezan a florecer con fuerza, y con una nueva orientación, ya en los años 50. Desde entonces -y sin la pretensión, que se considera ya imposible, de reconstruir su biografía- no han cesado de publicarse estudios de interés sobre Jesús, su vida y su mensaje. Podría incluso añadirse que "los estudios históricos en torno a Jesús de Nazaret" constituyen hoy "un campo de investigación en plena ebullición, en el que se están publicando...muchos e importantes libros, posiblemente más que en cualquier otra época anterior", acabamos de tener el testimonio del libro "Jesús de Nazaret" de su santidad Benedicto XVI. Somos conscientes que en pocas páginas es imposible tener una visión completa sobre el tema más apasionante para un catequista: Jesucristo, pues más que un tema de reflexión, él es la persona por quien nos jugamos toda nuestra vida, sin embargo, no obstante la brevedad de estas NOCIONES FUNDAMENTALES DE CRISTOLOGÍA PARA CATEQUISTAS, no podemos desaprovechar la ocasión para acercarnos, movidos por la fe y por el amor al que es la fuente del amor perfecto, a Aquel único capaz de dar sentido y valor de eternidad a toda nuestra existencia. Al estudiar cada uno de estos temas es muy importante tener en cuenta las citas bíblicas y las citas del catecismo de la Iglesia católica,leerlas todas,en la forma como lo indica la lección, esto exige de parte de cada uno, la dedicación de un tiempo suficiente para profundizar. Esperamos que también nosotros los catequistas, como Andrés, en este texto joánico, podamos, con nuestras palabras y con nuestra vida decirle a muchos: "HEMOS ENCONTRADO AL MESÍAS?" (Jn 1, 41b. y conducirlos hacia Él. Que el ejemplo de San Pío X, nuestro patrono, nos anime a prepararnos cada día más para servir mejor a aquellos que han de creer por las palabras de vida que les anunciaremos.