Reseña

A comienzos de los años setenta del pasado siglo, la conocida crítica de arte Marta Traba afirmaba que el colombiano Edgar Negret no sólo era el mejor escultor de Colombia y América Latina sino uno de los grandes del mundo. Y estaba en lo cierto. El impulso que desde entonces cobra la trayectoria del artista no parece extinguirse. Prueba de ello son sus osadas e incesantes incursiones por las formas y los materiales, por las técnicas y el color; sus fascinantes giros; sus fecundos encuentros y reencuentros con los legados culturales del pasado prehispánico y los evocadores resultados que de ellos derivaron. En otras palabras, su portentosa evolución creadora. Este libro, que despliega a todo color y en sorprendente agrupación temática una muy amplia selección del recorrido vital del artista, permite verificar la fuerza de sus creaciones y las seductoras razones escondidas detrás de la impecable técnica y el escrupuloso manejo de los elementos que el artista somete a su afortunada intuición.