Reseña

Somos natural y esencialmente buscadores de la luz, del despertar, de la claridad, del descubrimiento, de la revelación… en ultimas, de la profecía de apartar cualquier sombra mediante la iluminación… ¿racional, espiritual?... ¿Puede Significar esta constante búsqueda humana, que estamos incompletos, engañados, desprotegidos?… ¿llenos de desconocimiento, vacíos de contenido transcendental?

La Verdad, es un Sentimiento.

¿Qué somos?... “¡materia!” dirán algunos; “¡espíritu!” dirán otros; “¿Quién sabe?” propondrán quienes no deseen comprometer su opinión. Esta pregunta fundamental: ¿Qué somos?, la pregunta principal de nuestra existencia humana, no importa en los pensum académicos, ni en los sistemas administrativos, mucho menos en los modelos económicos o políticos, y sin embargo, siempre nos acompaña… ¿Qué somos?... ¿aquello que hacemos?... ¿nuestro obrar?... Entonces, que desde el más maravilloso de nuestros sentidos: nuestro sentido común, escuchemos la respuesta que se nos plantea, con total contundencia:

¡Que Nuestra Acción, sea Nuestra Oración!

Hemos recibido por premio la existencia, anticipadamente a nuestra acción y presencia, pidiéndonos únicamente, Ser… Nuestra Misión: Ser… ¿y el sentido de Ser? La vanidad, nos lleva a creernos dignos del premio de existir, simplemente, por Ser. Y no, definitivamente Ser, no es suficiente, por eso nos la ingeniamos para darle algún objeto a nuestra existencia… por un amor, por un deseo, por un trabajo, por un sueño… Y aquí, es donde reconocemos la presencia del universo de lo trascendente… y le damos rotundo significado, el único que sabemos cierto, inmanente y eterno:

Cada Vida, una Acción;
Cada Acción, un Sentido;
Cada Sentido, un Amor.