Reseña

Besos al fuego no es un libro que busca lectores; busca cómplices. No ofrece respuestas ni enseña moralejas. Se abre como un corazón y espera —sin saber si alguien se atreverá a latir al mismo ritmo—. Quien se acerque sin máscaras, encontrará aquí un refugio, un espejo, un incendio. Porque así son los poemas de Oscar Enrique Prieto: una caricia que quema, un beso que arde, una verdad que se escribe con fuego.
A medida que leemos los poemas la vulnerabilidad se exhibesin disfraces, con la valentía de quien ha aprendido que amar no es prometer, sino permanecer. La voz poética clama sin súplica, exige dignidad incluso en el deseo, y advierte que no se nace con corazas, pero se aprende a llevarlas como quien aprende a sobrevivir el fuego sin dejar de amar el calor.