Reseña

Delimitar cronológicamente la historia de un movimiento es a su vez ofrecer una interpretación sobre su desarrollo histórico. Identificar tendencias y rupturas en el movimiento es asignar valor (y priorizar) ciertos elementos por sobre otros. Por tanto, al decidir dividir la historia del movimiento en etapas, como efectivamente se hace en este capítulo, estoy proponiendo una interpretación personal sobre el pasado que, si bien está informada por las fuentes, no deja de ser una visión posterior y artificial del proceso histórico (que no debe confundirse con el proceso historiográfico). Las personas que vivieron este tiempo no necesariamente lo entendieron como lo propongo. Incluso, pueden existir versiones diferentes que chocan con lo propuesto. Esto quiere decir que, aunque la autopercepción del movimiento es necesaria, no es el único factor que se considerará en la narración que sigue a continuación. He intentado mantener un balance entre ambas nociones, reconociendo la importancia de la consciencia histórica (en el sentido de hacer historia) que los activistas han tenido a lo largo de 1940 años estudiados. Sin embargo, debido a que no existe un consenso a este respecto, en parte, porque se han realizado pocos intentos de periodización histórica del movimiento, lo ofrecido es relativamente nuevo y al mismo tiempo provisional.