Educación y emoción: posibilidades de reconstrucción social
La educación, como derecho fundamental, es un recurso esencial para la construcción de sociedades justas y equitativas. Además de ofrecer una diversidad de beneficios y oportunidades, actúa como un instrumento clave para abordar y reducir las desigualdades sociales. Sin embargo, estos beneficios solo se alcanzan plenamente cuando el aprendizaje se materializa en su esencia más profunda. Este enfoque holístico de la educación enriquece el conocimiento y fomenta el
desarrollo integral de la persona, permitiéndole no solo comprender el mundo que la rodea, sino también relacionarse con él de manera empática y consciente. En este sentido, emerge como un motor de reconstrucción y transformación social, capaz de impulsar tanto el progreso individual como el colectivo.