Reseña

Una carta (180 páginas. 2 Edición) La escribí desde lo que no se señala, desde ese lugar donde el duelo por muerte de un ser querido no se vuelve relato, sino respiración contenida. No es una historia para consumir, porque cada palabra lleva el peso de lo que no se logra explicar del todo. Nació desde la fractura, desde lo que no vuelve, desde el desconcierto que deja la ausencia cuando ya no hay a quién preguntarle nada.
No busqué embellecer el dolor, pero sí ocuparlo con honestidad. Martín, es el personaje, ese que camina como nosotras, camina a veces después de perder lo que no se distingue: lento, torpe, y con la sensación de que todo duele un poco más cuando no se puede decir. Es un libro para quienes han sentido que cada vínculo— llamado amistad u otro — no siempre alcanza. Para quienes descubrieron que una herida también puede separarnos incluso de lo que más queríamos cuidar. Acá hay vínculos que se quiebran, silencios que pesan más que los gritos, preguntas que se quedan sin respuesta. Pero sobre todo lo escribí para darle forma a eso que queda después, cuando todo se rompe y todavía seguimos acá.